Fernando Cuadri: "El ganadero que no acepte el 'afeitado' tiene difícil vender sus toros"

El ganadero onubense Fernando Cuadri, cuyos toros se lidian hoy, está orgullosísimo de mantener la tradición de la divisa de negarse a tocar los pitones de sus reses: "El ganadero que no acepte el afeitado tiene muy difícil vender sus toros; pero nosotros nunca lo haremos y seguiremos manteniendo la dignidad y el prestigio de cara a los buenos aficionados, aunque sobrevivamos a duras penas".

Fernando Cuadri, que estima que en su casa llevan tan a gala mantener esta postura que hace tiempo que ni le plantean el afeitado, "lo que en estos tiempos es un auténtico milagro", cuenta que su padre, Celestino, ya fallecido, prefería sacrificar muchas corridas antes que prestarse a semejante manipulación, "y este ejemplo lo dio durante muchísimos años.El ganadero onubense añade después que tuvieron que reducir las camadas para intentar solventar mejor este grave problema: "Nos va costando, pero ahora poco a poco logramos colocar cada temporada nuestras cinco o seis corridas, sobre todo en Madrid y el mercado del norte, donde esta lacra se da menos".

Cuadri afirma que, por el contrario, en Andalucía, salvo excepciones, es una vergüenza la presentación de los toros, "a lo que también ayudan los gustos toreristas del público". Pese a ello, Huelva siempre cuenta en sus Colombinas con una corrida suya: "Aquí a nosotros nos respetan".

El propietario del hierro estima que el otro gran problema de las ganaderías es la falta de casta, que explica porque a los ganaderos les vale todo a la hora de seleccionar: "En este tema se pliegan también a las exigencias de las figuras para vender fácilmente camadas enteras de toros cómodos y sin bravura". Al revés que yo, que mando al matadero a la mayor parte de las vacas.

Cuadri también acusa a la Unión de Criadores de Toros de Lidia de aceptar todo este compadreo en lugar de expulsar a los afeitadores, "que con su competencia desleal tanto daño nos hacen a los que somos honestos".

A pesar de lo cual considera que ha habido tiempos peores y que las cosas están cambiando poco a poco en este grupo. Con respecto al famoso toro artista, que afirma criar el presidente de la Unión, Juan Pedro Domecq, dice con cierta sorna: "¿Artista?. Ese es un concepto extraño. El artista debe ser el torero, y el toro debe tener trapío, casta y pitones".

Superación

Reconoce que su ganadería atravesó un bache que empieza a superar y pone como prueba el buen juego que dieron sus toros en Madrid en abril de 1991, cuando los mataron Rincón y Ponce, aún no considerados figuras, y en la feria de 1992."Ahora las figuras los rehúyen", comenta, "pero creo que con el tiempo rectificarán su error".

Sus últimas palabras son para elogiar con fuerza a la plaza y público de Las Ventas. Para Fernando Cuadri "esta afición es excepcional, porque sabe valorar, por encima de todo lo demás, al toro, y juzga al torero según las condiciones de su enemigo. Si hubiera varias aficiones así, la fiesta sería una maravilla".