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El Parlamento polaco aprueba una moción de censura de Solidaridad contra el Gobierno

La primera ministra polaca, la centrista Hanna Suchocka, presentó ayer su dimisión después de que el Parlamento aprobara, por una mayoría de un solo voto, una moción de censura contra su Gobierno. La moción, presentada por el grupo parlamentario de Solidaridad, no era constructiva, por lo que el presidente Lech Walesa tiene el derecho de rechazar la dimisión, disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Walesa ha dado ya un primer paso en este sentido al pedir a los presidentes de la Cámara y el Senado su opinión respecto a una disolución de las Cortes.

Esta opinión, sin embargo, no es tampoco vinculante para el jefe del Estado, quien dará probablemente a conocer su decisión el próximo lunes. Walesa podría también aprobar la dimisión del Gobierno, y en ese caso presentaría a su candidato que, en opinión de muchos parlamentarios, sería nuevamente Hanna Suchocka. El ministro de la Presidencia, Jan Maria Rokita, anunció que el Gabinete reclamaría en ese caso el derecho a gobernar con decretos.Según el portavoz del grupo parlamentario de la Unión Nacional Cristiana, Bronislaw Geremek, que apoya a Walesa, existe un 90% de posibilidades de que el Parlamento sea disuelto. Conforme a la Constitución provisional vigente desde diciembre pasado, el presidente cuenta con 14 días para tomar su decisión. En todo caso, la actual crisis permite augurar unas elecciones parlamentarias anticipadas en otoño de este año o en la primavera del año próximo como muy tarde. Los comicios deberían celebrarse normalmente en el año 1995.

La caída del Gobierno se produjo tras la presentación de la moción de censura por el grupo parlamentario de Solidaridad la semana pasada. El sindicato deseaba protestar de esta manera contra la política del Gobierno en el sector público, en el que, en las últimas semanas, se han producido huelgas masivas de maestros y médicos.

Diesde su formación en el mes de julio del año pasado, el Gobierno de Suchocka había acelerado el ritmo de las reformas destinadas a implantar en Polonia una economía de mercado, lo que había provocado un fuerte descontento entre la población, reflejado por Solidaridad, que protestaba por la caída constante de los salarlos reales.

La moción fue apoyada por los partidos de la extrema derecha, así como por el Partido Campesino y los ex comunistas. Esta extraña coalición consiguió reunir 223 de los 445 votos emitidos. 198 diputados estuvieron en contra, mientras 24 se abstuvieron. Poco antes, Hanna Suchocka había advertido que sería muy difícil encontrar en este Parlamento una nueva coalición capaz de presentar una candidatura viable al puesto de primer ministro. Los comicios de 1991 llevaron a las Cámaras a representantes de 29 partidos distintos, ninguno de los cuales dispone de una mayoría suficiente.

La candidatura de Andrzej Ostoja Owsiany, presentada como una "salida de emergencia" por la populista Confederación por una Polonia Independiente, fue rechazada por razones de procedimiento. Los partidos del centro y de la extrema derecha, reunidos en el edificio del Parlamento, no lograron tampoco acordar ninguna candidatura alternativa.

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El aparente optimismo con el que los miembros del Gabinete de Suchocka recibieron la moción de censura hace suponer que entre el Gobierno y el presidente existe por lo menos un acuerdo tácito que permitirá mantener a Suchocka en su puesto para garantizar un mínimo de, estabilidad política en el país. Este Gobierno es el cuarto que renuncia desde la caída del comunismo en 1989.

Reformas económicas

Esta situación de incertidumbre está poniendo en entredicho la continuación de las reformas económicas que justo en los últimos meses parecían dar sus primeros frutos. El PIB creció el pasado año en un 2%, mientras el paro, cifrado en 2 millones y medio de personas, no aumentó en el mes de abril pasado, por vez primera desde el año 1989.

El Gobierno asegura que Polonia debe proseguir por el camino elegido para cumplir con el programa acordado con el Fondo Monetario Internacional, con el fin de reducir una deuda externa que alcanza los 45.000 millones de dólares.

"Esta crisis es poco afortunada porque el Gobierno había logrado precisamente resultados que impactaban positivamente en la economía", afirmó un representante del Banco Mundial en Varsovia.

Todo hace pensar que Hanna Suchocka quiere doblegar al Parlamento y demostrar que el legislativo es incapaz de presentar alternativa al actual Gabinete.

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