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Vecinos de Carabanchel se movilizan para evitar el despido de su médica

Frente al número 17 de la calle de la Oca (Carabanchel) reinaba ayer por la tarde una animación inhabitual. Allí se ubica un consultorio del Insalud. Madres con niños en brazos y ancianos con muletas rodeaban a dos jóvenes que llevaban una carta de súplica para que el Insalud no despida a la doctora Isabel Pajares. "Recibimos una nota en la que se nos comunica el traslado de las consultas al centro de la calle de Muñoz Grandes. Dicen que vamos a estar mejor atendidos.... pero no nos habían dicho que nuestra doctora se quedará en el paro", se indigna una paciente.

"Protestamos porque la doctora Isabel Pajares, que es lo más bueno que hay en este mundo, ha sido despedida por la Administración, justificándolo [el Insalud] por una tal cláusula de amortización. Ni cláusula, ni nada. Eso no puede ser", explica Mar¡ Paz, una joven de 20 años que lleva la carta de apoyo a la doctora firmada por 800 personas.El Insalud ha notificado a Isabel Pajares la rescisión de su contrato indefinido en cuanto acabe mayo. Pero sus pacientes, a los que ha tratado con dedicación y cariño durante cuatro años, no se resisten a prescindir de sus atenciones.

Mar¡ Paz, atendida por la doctora Pajares por problemas de reúma y ataques epilépticos desde que tenía 15 años, no puede aceptar que la despidan así, sin ninguna explicación. Y las 50 personas que la rodean están de acuerdo. "Hemos recogido ya 800 firmas en 10 días, y esto no ha acabado. Sólo ayer firmaron 117 personas", dice Soledad con satisfacción. "Vamos a hacer todo lo que podamos para que no se marche. Ya hemos ido a la Subdirección del Área 11. También hemos asistido a la Dirección General del Insalud y al Ministerio de Sanidad. Queremos explicaciones", continúa. Los pacientes afirman que la subdirección médica del área sanitaria les informó que Isabel Pajares figurará en una lista de espera, aunque en la Dirección General del Insalud les han negado este supuesto.

"La ley nos da derecho a elegir a nuestro médico. ¿Cómo puede ser que nos manden a otro con una semana de aviso? ¿Qué somos nosotros, borregos o qué?", se pregunta un joven.

Sólo en el día de ayer había 90 pacientes apuntados en las hojas de registro de la doctora con cita entre las siete y las nueve de la noche; es decir, un paciente por minuto. "Esto no es nada extraordinario", explica Mar¡ Paz. "Hay días en los que alcanza los 130 pacientes. Lo que pasa es que si alguien llega tarde y no tiene cita, Isabelita les atiende".

A Isabelita, como la llaman cariñosamente sus pacientes -"si ella es como una segunda madre para nosotros", interviene uno- sólo le quedan cuatro días de trabajo. El 1 de junio dejará de atender a sus pacientes. "Ese día estaremos todos aquí, con ella. Habrá mares de lágrimas", dice una señora, emocionada.

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