La que más diputados elige, la que más parados soporta
Si las regiones tuvieran asignado un número de parlamentarios proporcional a la tasa de parados, Andalucía también sería la más representada en las Cortes. De los 350 escaños del Congreso, 61 son elegidos por esta comunidad, por lo se convierte en la que más diputados envía al Parlamento. Y los parados que soporta suman más de 740.000: uno de cada tres españoles sin empleo es andaluz, pese a tener tantos paisanos sentados en la carrera de San Jerónimo.Andalucía es especialmente sensible a la crisis económica. El año pasado se cerró. con más de un centenar de empresas en suspensión de pagos o situación de quiebra. La industria, débil por tradición en Andalucía, es ahora mucho más endeble. En enero, el índice de producción industrial en la región ni siquiera alcanzaba el nivel de 1984.
Así de triste está el panorama con el que afronta las elecciones esta comunidad de siete millones de habitantes y un censo electoral de 5.088.930 votantes.
Las elecciones se celebran a un año de la inauguración de la 'Exposición Universal de Sevilla. Algo más lejos, no mucho, quedan los días en que legiones de directivos y empresas de todos los sectores arribaron a esa ciudad llamados por las inversiones multimillonarias (1,5 billones de pesetas) que las diferentes administraciones destinaron a la región sur. Hoy queda, al margen de las impresionantes y necesarias obras de infrestructuras, un recinto, el de La Cartuja, listo para acoger el 5 de junio un parque temático con atracciones, un parque tecnológico en cuya inauguración estarán comprometidas sólo tres empresas y una zona universitaria que no entrará a funcionar hasta el próximo curso. En Sevilla, además, han quedado 200.000 metros cuadrados de oficinas vacías.
Desde el pasado verano, la Administración autonómica ha soportado innumerables casos de protestas de trabajadores de todos los sectores económicos. La defensa del empleo era su reivindicación común. Sin duda, el paro constituye la mayor preocupación del Gobierno que preside el socialista Manuel Chaves. La Encuesta de Población Activa (EPA) es, cada mes, el anuncio más temido para los gobernantes.
El desempleo supone la mejor referencia para confirmar el lento latido de la economía andaluza. Pero no es más que el reflejo de una situación casi dramática en todos los sectores de actividad. A los viejos problemas del campo andaluz, deficitario de estructuras modernas, se ha unido una sequía inquebrantable. Las últimas lluvias han llegado tarde para reconducir la producción hacia el crecimiento en relación con el año anterior, cuyas cosechas ya fueron tímidas.
Los agricultores han visto muy castigadas sus rentas en los últimos años el campo andaluz soporta un endeudamiento de casi 450.000 millones de pesetas como resultado de la obtención de créditos cuyo destino ha sido la subsistencia y no la inversión para modernizar sus estructuras, la balanza comercial agrícola cada vez está más descompensada y los descensos en los precios agrarios siguen progresando.
El duro golpe de octubre
En el sector servicios se ha acusado sobremanera el duro golpe que supuso la clausura de la Expo, el pasado 12 de octubre. Sevilla es la provincia, lógicamente, que ha notado con más virulencia el deterioro del sector turístico. Esta área de la economía sirvió de amortiguador para generar un leve crecimiento del producto interior bruto (PIB) andaluz en el conjunto de 19512, pero a partir de noviembre los indicadores entraron en un letargo en el que, sobre todo, se ha resentido el empleo.
Tampoco el sector de la construcción se libra de la crisis. Los años que precedieron al mítico 1992 consolidaron un alto nivel de actividad y de generación de empleo. La obra pública, sin embargo, está hoy bajo mínimos.
Los empresarios han declarado la guerra al Gobierno. La última asamblea general de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) sirvió a su presidente, Manuel Otero Luna, para atacar sin recato a las administraciones. La CEA culpó al Gobierno de "asfixiar" fiscalmente a las empresas.
Lo cierto es que los andaluces cada vez achacan mayor responsabilidad de la crisis a la Administración autonómica. En una encuesta de Sigma 2 para la revista Andalucía Económica, más de un 70% de los encuestaclos responsabiliza al Gobierno andaluz del empeoramiento de la economía regional. El 60%, además, cree que la situación no mejorará durante este año. El Gobierno de Chaves no ha encontrado respuestas con que mitigar la preocupación de los ciudadanos. La Junta de Andalucía se encuentra, además, agobiada por una situación financiera caótica. El déficit de la Administración regional es insostenible, y resulta especialmente preocupante la situación de la sanidad andaluza, cuyo organismo autónomo, el Servicio Andaluz de Salud (SAS), cierra los balances cada año con deudas astronómicas y sin capacidad de maniobra para limitarlas.
La ventaja del PSOE
Todos estos datos y las críticas que sindicatos, patronal y partidos formulan contra el Ejecutivo autonómico no se reflejan luego en los resultados electorales. El PSOE es, con diferencia, la formación con mayor implantación social y electoral en Andalucía. Bajo su control se hallan el Gobierno y Parlamento autonómicos, las ocho diputaciones provinciales y el 72% de los 767 ayuntamientos andaluces. El PSOE obtuvo en las pasadas elecciones 42 de los 61 escaños que corresponden a Andalucía, más del triple de los que logró el PP (12 escaños).
En este año electoral los socialistas andaluces han pasado por situaciones conflictivas que han puesto de manifiesto la crisis de un modelo de partido y la pérdida de influencia de Alfonso Guerra. El caso mas significativo se dio en la elaboración de las listas al Congreso por Sevilla, en la que por primera vez el plante de las bases obligó a modificar la candidatura diseñada por el vicesecretario general y a incluir como número tres a Luis Yáñez.
Las próximas elecciones legislativas supondrán para la mayoría de los partidos cambios en sus respectivas direcciones regionales:
La candidatura de Gabino Puche por Jaén -actual presidente regional del PP, senador por la comunidad autónoma, parlamentario autonómico y presidente del Grupo Popular andaluz- deja vía libre a la dirección nacional para emprender una profunda renovación, de modo que el sevillano Javier Arenas asuma el liderazgo en Andalucía.
La marcha de Puche ha sido un asunto largamente meditado por el propio Arenas y el presidente nacional del PP, José María Aznar. Ambos defendían una salida pactada para evitar una crisis interna. La polémica sobre las dietas que el Grupo Popular no declaró a Hacienda contribuyó a tomar esta decisión.
El Partido Andalucista (PA) se enfrenta una vez más a su particular calvario suicida. Pedro Pacheco, expulsado por indisciplina, puede convertirse en la única voz andalucista del Congreso bajo las siglas del Partido Andaluz de Progreso (PAP).
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