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Thatcher intentará bloquear el Tratado de Maastricht en la Cámara de los Lores con una petición de referéndum

Enric González

Maastricht llegó a la Cámara de los Lores sin la menor brillantez. La Cámara de los Comunes dio su visto bueno a la ley de ratificación, el jueves por la noche, con un número de votos negativos inesperadamente alto: 112.Al final, 66 laboristas, 41 conservadores, cuatro unionistas del Ulster e incluso un liberal-demócrata votaron contra la ley, cuyo respaldo final de 292 votos se quedó lejos de los 326 que suponen la mayoría en la cámara. Fue un resultado ominoso para afrontar el tramo de los Lores, donde la ex primera ministra, Margaret Thatcher quiere bloquear la ratificación con la exigencia de un referéndum.

El frente anti-Maastricht de los Comunes se despidió de la ley con gritos de "nos veremos en los Lores". El alto número de votos negativos fue una victoria moral para los euroescépticos. El frágil respaldo obtenido por el Tratado para la Unión Europea será uno de los argumentos de Lady Thatcher cuando, a principios de junio, pida a sus colegas de nobleza que paralicen la ratificación y exijan un referéndum.

Lady Thatcher utilizará el argumento de que un resultado tan escaso no puede aprobar una ley del calado de Maastricht. Es improbable -pero no imposible- que la Cámara de los Lores apruebe una moción favorable al referéndum. El porcentaje de asistencia de los más de 1.200 miembros es imprevisible y, dada la condición vitalicia del escaño, el Gobierno carece de instrumentos directos para presionar a los rebeldes.

El ex primer ministro conservador Sir Edward Heath advirtió a Lady Thatcher que se abstuviera de "crear una crisis constitucional" al exigir un referéndum. Caso de que los lores aprobaran una moción en ese sentido se abriría, efectivamente, una crisis: el gobierno no tendría, técnicamente, que acatar la moción, pero le resultaría políticamente muy difícil rechazarla. Más de la mitad de los británicos son favorables, según las encuestas, a un referéndum sobre Maastricht.

También podría ocurrir, en teoría, que los lores rechazaran frontalmente la ley de ratificación. En ese caso, se abriría otro tipo de crisis: la ley volvería a los Comunes. La confusa Constitución británica, no escrita y basada en la costumbre y la jurisprudencia, permitiría teóricamente varias salidas. La más lenta consistiría en una nueva ratificación por los Comunes y un segundo intento en los Lores.

La más rápida y más peligrosa sería el uso de la prerrogativa real: Isabel II puede ratificar personalmente los tratados. En cualquier caso, fuera cual fuera la solución, se crearía un grave conflicto político para el Gobierno conservador, de John Major.

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