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Primer tratado en España sobre los fármacos para el dolor

"Los médicos infravaloran el dolor. O dan dosis pequeñas o prescriben fármacos de eficacia limitada", afirma Jesús Flórez, catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria. A veces la explicación es simplemente la carencia de información. Por ello, el doctor Flórez y Enrique Reig, jefe de la Unidad del Dolor de la clínica Puerta de Hierro, de Madrid, acaban de publicar la primera visión global de esta parcela médica, bajo el título Terapéutica farmacológica del dolor. "Aporta una sistematización sobre analgesia farmacológica, tanto de los fármacos propiamente analgésicos como de los que ayudan al tratamiento del dolor. Por un lado se recogendatos y por otro su aplicación. Que yo sepa, es el primero de este tipo que se realiza en el mundo", asegura Jesús Flórez.El volumen, de la colección Ciencias de la Salud, de la editorial Eunsa, consta de 17 capítulos, en los que se desarrollan todos los conocimientos actuales sobre el dolor, sus vías y mecanismos fisiológicos, los analgésicos opiáceos y su utilización clínica, así como los fármacos antiinflamatorios. Varios capítulos están dedicados a los llamados fármacos coadyuvantes, "aquellos que no son analgésicos pero resultan útiles en algunos tipos de dolor, como los antidepresivos o corticosteroides", explica el catedrático.Otras secciones se detienen en cuestiones concretas como la farmacoterapia del simple dolor de cabeza o la específica para enfermedades reumáticas, así como la utilización clínica de los analgésicos locales en las unidades del dolor de los hospitales. El apéndice ofrece un interés destacado. porque realiza un análisis detallado de todas las especialidades farmacéuticas españolas que contienen algún analgésico, solo o en asociación.

Como se explica en las primeras páginas del tratado farmacológico, el dolor ha dejado de ser considerado como un mero signo de alarma de enfermedad. "La sociedad ya no adopta ante él una actitud pasiva y resignada, porque sabe que existen medios cada vez más poderosos para controlarlo", escriben los autores. Además, insiste Jesús Flórez, "el dolor debe ser tratado por sí mismo. Hay enfermedades crónicas donde el dolor no es útil como signo, sino perjudicial en sí mismo. Incluso el dolor agudo puede crear una respuesta fisiológica negativa".

El obstáculo, al que se alude explícitamente en el libro, radica en que los profesionales sanitarios españoles "siguen poniendo reparos a tratar el dolor con contundencia". Flórez añade: "Los índices de uso de opiáceos han aumentdo en todos los países de la, Comunidad Europea, excepto en España. Nuestros hospitales se resisten a usarlos con la facilidad que deberían".

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