El presidente del Bundesbank califica de "correcta y polítícamente valerosa" la devaluación
J. M. MARTí FONT, Helmut Schlesinger, el presidente del Bundesbank (el banco central alemán) calificó de "correcta y políticamente valerosa" la devaluación de la peseta y el escudo, "combinada con la intención de permanecer en el Sistema Monetario Europeo (SME)". En un discurso pronunciado en Baden, a la afueras de Viena, Schlesinger se mostró esperanzado de que este último reajuste abra "la posibilidad de una bajada de los tipos de interés" y consideró que el "consecuente encarrilamiento de la política monetaria hacia la meta de la estabilidad de precios, sigue siendo el requisito decisivo para unas paridades estables y realistas en el SME,".
En su discurso, pronunciado a invitación del Banco de Austria, el presidente del Bundesbank repitió la conocida postura de esta institución de que los reajustes deben producirse antes de que lleguen las tormentas monetarias. "Las correciones a tiempo y lo más discretas posible de los tipos de cambio deberían ser la respuesta a evidentes y prolongadas evoluciones dispares de costes y precios entre los países miembros del SME. La realidad es, sin embargo, que la mayoría de los Gobiernos están dispuestos a dar ese paso solo bajo la extrema presión de las circunstancias y el agotamiento de las reservas".Schlesinger, cuyo discurso titulado Nuevas experiencias de las crisis monetarias internacionales, se refería específicamente a la crisis del SME del pasado otoño que se saldó con la salida de la libra y la lira del sistema, considera que, tras las realineaciones se alcanzó "un sistema más realista y sólido". En su opinión la crisis se desató a causa de las diferencias en la evolución de los precios. "Desde la realineación de l987", dijo, "el nivel de costes y precios, en algunos países, entre ellos Italia y Gran Bretaña, había crecido mucho más que en Alemania, los países del Benelux, Dinamarca e Irlanda, sin que se equipararan las monedas. Por esta razón, de hecho, los tipos de cambio en estos países subieron en relación con las monedas duras. Las desventajas en cuanto a la competitividad se reflejaron en considerables déficits de los balances"
.Para Schlesinger, "el crecimiento mundial hasta 1990 permitió a países con monedas débiles mantener los intereses altos. Con esto han podido combatir desigualdades interiores y a la vez estabilizar sus tipos de cambio. Se curó la disparidad de precios con ayuda de la disparidad de intereses". Pero la perspectiva de la unión monetaria, cree, "alimentó la opinión, en muchos círculos, y también en los países llegados con retraso, de que pese a las dificultades se iba a poder mantener la hard currency option y que no se iban a modificar ya los tipos de cambio". En este mismo sentido, añadió, la obligación de los países miembros de participar al menos durante dos años sin tensiones o devaluaciones en el mecanismo del SME "fomentó en los mercados una ilusión de tipos fijos. Por esta razón, las monedas de algunos países con alta inflación y tipos de interés demasiado altos, paradójicamente tendieron a aparecer fuertes".
El presidente del banco central alemán cree que el buen funcionamiento del SME se consigue "únicamente resolviendo los déficits en política económica" de los países miembros.
Los observadores financieros y la prensa se felicitaron de la devalución y aprovecharon para insistir en la unión monetaria europea reducida.
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