Aznar pide a los estudiantes comprensión hacia el aborto
VICTORINO RUIZ DE AZÚA, "Me lo he pasado de miedo. He estado estupendamente" Recuperado del sofoco y con la chaqueta puesta de nuevo, José María Aznar resumía en Valencia una hora de triunfo, casi de éxtasis, ante varios centenares de universitarios que abarrotaban el aula magna de la Facultad de Derecho. En un espacio de poco más de 200 butacas entraron casi el triple. Muchos centenares más tuvieron que quedarse fuera. El líder del PP fue aclamado como presidente y como torero, aunque también se oyeron gritos aislados de "Naseiro" y "Hormaechea".
Aznar contestó una decena de preguntas y escuchó el grito de "¡asesino!" cuando defendió, rodeado de un silencio sepulcral, su posición de mantener la ley del aborto como está. Al acabar, la inmensa mayoría de los estudiantes aplaudió con fuerza. Durante casi dos minutos los estudiantes batieron palmas rítmicamente, aclamando al protagonista del acto, organizado por la asociación universitaria Aula 2.000, próxima a Nuevas Generaciones del PP. Aznar, antes de nada, quiso dedicar un recuerdo a Manuel Broseta, profesor de Derecho Mercantil de la Facultad y miembro del Consejo de Estado, asesinado por ETA a comienzos de 1992.Luego, el delirio. "¡Venga, bigotes!", chillaba un impaciente. "Y que dure", respondía Aznar. Los estudiantes querían dejar claro que "otros candidatos ya no se atreven a venir a la Universidad", como dijo uno en el turno de preguntas. La esposa de Aznar, Ana Botella, en la primera fila, no paraba de firmar autógrafos.
Un muchacho rubio, delgado y nervioso, consiguió un tumo para preguntar si, tras las, elecciones, "vamos a tener que seguir financiando eso que algunos llaman interrupción voluntaria del embarazo y es un asesinato". El rostro de Aznar adquirió un aire de severidad. Entró en una explicación lenta, mientras en la sala no se oía una mosca. "Los problemas humanos no se resuelven endureciendo las palabras", dijo.
Aznar se equivocó y dijo que el problema le preocupa "poco... Mucho..., quiero decir". Ana Botella siguió sus palabras con atención. "Soy un defensor del derecho a la vida y lo seré siempre", continuó. "No podría poner como eje de la acción política los derechos humanos y las libertades si no defendiera el derecho a la vida. Pero hay que saber respetar la conciencia de las personas y comprender los problemas sociales". Aznar cortó un conato de aplauso. "¡Un momento, un momento!". "Hay personas que salen a la calle a gritar 'asesinos'. No creo que así se resuelva nada. Yo a una mujer que tiene un embarazo no deseado no la llamo asesina. Intentaré comprenderla y ayudarla". Una voz masculina gritó: "¡Asesino!". Luego aplausos.
Aznar se comprometió ante los estudiantes a no hacer un Gobierno cerrado y a no considerar a su partido intérprete único del cambio. "Y el día 6", dijo, "tenemos la opción de cambiar de Gobierno".
Por la tarde, ante unas 6.000 personas que casi llenaban la plaza de toros de Castellón en una tarde lluviosa, Aznar insistió en que hay que cambiar el Gobiemo. "¡Fuera con ellos!", repitió en vanas ocasiones, antes de preguntarse si cabe un fracaso mayor que aumentar el número de parados a razón de 3.000 por día desde enero. El público, de edad media muy superior a la de otros mítines de los populares, gritaba "No, no". "Y encima quieren responsabilizamos a nosotros", continuó Aznar. "¿Dónde quieren llevamos algunos, a cuatro millones de parados? Pues o hay cambio o los tendrán".
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