¿Un modelo italiano para España?
PAUL A. SAMUELSONComenta el articulista el análisis y diagnóstico que han hecho destacados economistas de Estados Unidos sobre la situación y perspectivas económicas en Italia, y apunta las enseñanzas que se derivan para el caso español.
Italia ha sido considerada durante mucho tiempo el niño malo de Europa. Hasta los italianos bromean con cierta sorna acerca de su corrupto sistema político y de su sociedad acosada por la mafia.Seguramente dice algo acerca de la vitalidad de las empresas italianas el que la nación haya registrado uno de los mejores récords de crecimiento de la CE en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Los expertos en estadística consideran a Gran Bretaña e Italia como muy similares en cuanto a nivel de vida medio, lo cual supone un cambio sorprendente con respecto a la época anterior a 1939.
Tengo la impresión de que, como mínimo dos veces por semana, un periodista italiano u otro me hace una entrevista en torno a lo que ellos describen como la peligrosa crisis económica italiana de estos momentos.
Lo que me propongo hacer aquí para los lectores españoles es señalar que mi colega del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), el gran economista y Premio Nobel Franco Modigliani, ha concebido junto con Rudiger Dornbusch, también del MIT, un programa que podría ser muy positivo para el futuro inmediato de Italia. Y si resulta pertinente para la recuperación y reactivación de Italia, las diferentes facciones políticas en España pueden esperar encontrar en un programa similar pistas útiles para su país.
Diagnósticos precisos
Modigliani ha dado repetidas veces muestras de precisión en sus diagnósticos y prescripciones para la economía estadounidense y la economía mundial. Por ejemplo, él fue quien declaró a finales de los años setenta que el mercado de valores estadounidense estaba excesivamente infravalorado a causa del doble descuento por la inflación que equivocadamente hacían los inversores. El mercado alcista de Wall Street durante los años ochenta ha confirmado el juicio de Modigliani. Podría seguir describiendo cómo la Reserva Federal utilizó durante mucho tiempo, para la comprensión de la política, el modelo econométrico de la economía estadounidense concebido por Modigliani y el profesor Albert Ando de la Universidad de Perinsylvania.
¿Qué es lo que Modigliani y Dorribusch aconsejan ahora para Italia?
1. Consideran que la reciente devaluación forzada de la lira frente al marco y el franco dentro del sistema de cambios fijos del SME podría ser una bendición. Ahora Italia tiene espacio de maniobra para conseguir una fuerte recuperación nacional basada en la industria privada.
2. La historia económica advierte que el estímulo que la devaluación de la lira ha supuesto para las exportaciones puede disiparse pronto si el activismo sindical consigue un aumento de los salarios en términos monetarios que compense la devaluación. En tal caso, el terreno estará abonado para nuevas espirales acumulativas inflacionarias y nuevas devaluaciones de la divisa.
3. Sin embargo, como Dornbusch señaló en un artículo muy discutido que World Economic Trends publicó el pasado otoño, Italia tiene ahora ante sí un extraordinario escaparate de oportunidades. Los sindicatos italianos ya han dado su conformidad a que no aumenten los salarios en términos monetarios. Las exportaciones italianas ya están empezando a crecer frente a una Europa que se desploma. Si la congelación salarial voluntaria puede prolongarse durante un periodo de dos años, Modigliani y Dombusch esperan que Italia sea capaz de llevar a cabo una recupe-ración sorprendentemente fuerte.
¿Qué relación guardan estos programas económicos con la reforma política estructural en Italia? El decisivo referéndum que rechazó la representación proporcional infunde esperanzas de que partidos divididos y coaliciones parlamentarias inestables puedan evolucionar. Cualquier cosa que reduzca la influencia del crimen organizado y las tentaciones de corrupción puede ayudar a reducir el lastre que suponen las pérdidas económicas, consecuencia de una política fiscal ineficiente y que no responde a nada.
Sin embargo, la recuperación económica no tiene que esperar a que se produzca una reforma política efectiva. Incluso durante un periodo de transición de cambio constitucional, Italia puede escapar a la parálisis mortal impuesta a Europa por el Bundesbank. Por temor a que la reunificación con Alemania Oriental desemboque en un déficit fiscal y de la balanza de pagos, el independiente banco central alemán sigue decidido a poner el objetivo de la estabilidad de precios por encima del objetivo del estímulo cíclico.
Intransigencia
El nuevo Gobierno francés está decidido a demostrar que puede obsesionarse con la inflación tanto como los alemanes. Ha prometido conceder al Banco de Francia todos los poderes de independiente intransigencia de los que el Bundesbank disfruta desde hace tiempo. Los futuros libros de texto de historia económica también dirán que, en esta época, el Banco de Japón estaba pendiente de la política del Bundesbank y se desentendía de sus funciones antirecesión.
No cabe duda de que en los despachos del Banco de España debe estar desarrollándose un debate similar.
Por supuesto, el Banco de Italia debe velar porque el impacto favorable de la devaluación de la lira no se desvanezca por culpa de un aumento de los precios. Lo importante es que la estructura de los costes salariales no desarrolle una tendencia alcista flexible y acabe provocando un recalentamiento y un nuevo giro del ciclo inflacionario.
En EE UU, estaremos atentos a la evolución italiana. En toda Europa -incluida especialmente España- habrá un interés similar por el escaparate de oportunidades italiano. Podría añadir que Latinoamérica y Corea del Sur comparten muchos de los síndromes macroeconómicos crónicos de Italia y España. Así que esos países tendrán también un interés extraordinario en el experimento italiano y sus resultados.
Hay que recordar que los sindicatos españoles no han firmado un contrato de congelación salarial como el de Italia. Esta es una diferencia importante. Lo relevante de las propuestas de Modigliani y Dorribusch para Italia es su insistencia en señalar que una de las maneras en que una posible recuperación puede quedar bloqueada es mediante combativas negociaciones sindicales -como las que ahora se desarrollan en la antigua Alemania del Este- que pueden desbaratar o aplazar la expansión.
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