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Primera sentencia contra Renfe por fastidiar las vacaciones a un matrimonio de Zaragoza

María Ángeles Alcalde, su marido y una pareja de amigos recién casados convirtieron sus cuatro días de descanso en un rally desde Zaragoza hasta Fez (Marruecos), forzados a recorrer en coche todo lo que habían planeado hacer relajados en tren. Junto a sus billetes hablan pagado en Renfe el transporte de su vehículo, un Toyota. Pero en la estación el coche fue rechazado por su tamaño. Su denuncia, presentada por la Unión de Consumidores de España, acaba de producir una sentencia que condena a la compañía a una indemnización por "daños morales" al frustrar unas vacaciones.

La sentencia fue dictada el pasado 28 de abril en el Juzgado de Primera Instancia número 15 de Madrid. Todavía no está fijada la indemnización que deberá pagar Renfe a un matrimonio de Zaragoza "por los daños morales y perjuicios" derivados de "haberse frustrado los medios de transporte previstos para sus vacaciones" y "la decepción en sus expectativas". Se trata de la primera sentencia en España de este tipo "la primera en la que se reconoce el respeto a las vacaciones de un consumidor", según María Ángeles Martín, abogada de a Unión de Consumidores de Es paña (UCE). "Será difícil cuantificar la indemnización porque hasta ahora por daños morales se entiende todo lo relacionado con lesiones y no por haber impedido unas vacaciones".

Recién casados

Los protagonistas de la historia estaban ayer encantados nada más conocer la sentencia. "Es que era el primer viaje que hacía con su marido, porque él nunca se coge vacaciones", comentaba María Ángeles Alcalde, una enfermera de 31 años de Zaragoza, al otro lado del teléfono. Para colmo habían invitado a una pareja de amigos recién casados y éste era su viaje de novios. El trayecto de cuatro días se organizó para el puente de la Constitución de 1990.La idea era ir con el Toyota hasta Madrid. Allí coger el tren hasta Málaga con transporte de vehículo, para aprovechar las noches viajando y ahorrar tiempo. Desde Málaga pensaban cruzar a Marruecos en su propio coche. La vuelta, igual, pero con destino Barcelona, lugar de trabajo de los recién casados. Con estos planes compraron en la oficina de Renfe de Zaragoza los billetes y el transporte del coche, para lo cual les exigieron la ficha técnica del vehículo. Precisamente por su tamaño tuvieron que pagar una tarifa más cara. La sentencia constata que Renfe "identificó el vehículo que se comprometía a transportar".

La sorpresa les aguardaba en la estación de Chamartín "Ya a la entrada, un portero nos dijo que no nos lo iban a coger [el coche], pero estábamos tranquilos porque lo habíamos pagado", relata María Ángeles. El aviso se confirmó minutos después. El coche fue rechazado por su tamaño. "Reclamamos allí mismo y nos devolvieron el dinero de los billetes, pero esto no nos solucionaba nada: habíamos planeado el viaje así porque sólo teníamos cuatro días. Entonces les dimos la facilidad de que, puesto que había existido un error por su parte, que nos pusieran otro coche a la salida del tren. ¡Ya teníamos los hoteles contratados!", continúa recordando. La posibilidad les fue denegada.

"¿Y que hacíamos? Teníamos dos opciones: o quedamos asqueados pensando en lo que nos habían hecho, o decidir tirar palante", explica la enfermera. "Decidimos que nadie nos chafaba el viaje, pero imagínate, fue una paliza terrible. Nos fuimos en coche hasta Fez y vuelta a Barcelona en cuatro días. Fue un viaje horroroso", no se cansa de repetir. A las seis de la mañana de aquel lunes su amigo fichaba en el trabajo y a las seis menos cinco estaba entrando en la capital condal directo desde su vertiginosa luna de miel.

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