El fiscal rebaja la petición de penas para los guardias acusados de torturas

El fiscal jefe de la Audiencia de San Sebastián, Luis Navajas, rebajó ayer de cuatro a un mes y un día de arresto mayor la petición de penas para tres guardias civiles acusados de torturar a Juan Carlos Garmendia Irazusta en 1982 y consideró "injustificado" que el comandante José Pérez Navarrete y el agente Juan Carlos Recaj se hayan tenido que sentar en el banquillo. Navajas pidió la condena para Carlos Prieto, Emilio Mariño e Isidro Domínguez como autores de un delito de torturas, "no sólo porque deja secuelas físicas, sino también porque el trato vejatorio deja señales psíquicas".

El letrado de la acusación particular, Iñigo Iruin, mantuvo las mismas penas. Y los abogados defensores solicitaron la libre absolución de los agentes.

Respecto a heridas de que tenía Garmendia tras su paso por dependencias policiales, el fiscal intentó establecer una posición de equilibrio entre las distintas versiones. Navajas cree que se puede considerar probado que el detenido recibió malos tratos al ser golpeado con un listín de teléfonos, una goma dura y patadas. El fiscal no encontró argumentos para defender la existencia de otras prácticas, que denunció Juan Carlos Garmendia, como "la bañera, la bolsa y los electrodos".