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Queda abierta una investigación administrativa por el 'Irakgate' británico

Enric González

Sir Richard Luce, antiguo subsecretario del Foreign, Office, abrió ayer con su testimonio una investigación administrativa sobre el escándalo de la venta de armas británicas a Irak. Se trata de averiguar hasta qué punto el Gobierno mintió al Parlamento y a la opinión pública, entre 1984 y 1990, al asegurar que respetaba el embargo internacional de venta de armas a Irak y a Irán a partir de la guerra entre ambos países, mientras fomentaba en secreto la exportación de material bélico. La ex primera ministra Margaret Thatcher y el primer ministro, John Major, figuran entre los testigos.

Todos los testigos son voluntarios, no necesitan prestar juramento y tienen garantizada la inmunidad procesal. La investigación no tiene carácter judicial, sino administrativo, por lo que no se espera de la misma mucho más que una serie de recomendaciones para que no vuelvan a repetirse actuaciones como la mantenida respecto a Irak.

La investigación podría tener consecuencias graves sobre el prestigio de actuales y pasados altos cargos. Desde John Major hasta el último burócrata se escudan tras una supuesta ignorancia o en una "comisión" sobre lo que podía considerarse armamento. Sólo poductos industriales.

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