Subjetismo y objetivismo
Los motivos por los que las derechas representadas por el Abc le tenían antipatía al juez Garzón eran formalmente nobles, pero de contenido siniestro. Formalmente nobles, porque respondían a convicciones independientes de quién estuviese en el Gobierno. Los motivos por los que el PSOE, sentía antipatía por el mismo personaje eran formalmente innobles, porque respondían sólo al hecho de que ellos tenían el poder; si hubiesen estado en la oposición, frente a un Gobierno de derechas, habrían aplaudido las actuaciones de Garzón. Para el Abc existen dogmas inamovibles contra toda evidencia, como el de la santidad del Benemérito Instituto de la Guardia Civil o el de un estatismo radical en cuestiones de orden público: el desmantelamiento de los GAL o las críticas a la ley Corcuera van contra ese estatismo de Abc, doblemente siniestro si consideramos su desaforado antiestatismo en lo económico (Estado mínimo para el capitalista, razón de Estado para el terrorismo y Estado máximo para los desgraciados). Con todo, la actitud del Abc responde en este caso a convicciones por siniestras que sean. (No así en el del conflicto Umbral-Milá: si Umbral hubiese seguido estando en "el diario gubernamental" ha brían echado sapos y culebras contra su obsceno papelón tele visivo.) Por fin a El Mundo le cuadra la frase del Apocalipsis: "Te vomito de mi boca, tú, que no eres ni frío ni caliente"; ahora, en efecto, se ve que aplaudió a Garzón como un héroe no por sus encomiables actuaciones en sí mismas, sino porque dañaban al Gobierno del PSOE, y hoy, de la noche a la mañana, lo consideran, sin paliativos, un vendido al oro de Ferraz. Por mi parte, siento que hayamos perdido un gran juez, pero lo veré plausible siempre que haya exigido el Ministerio de Justicia (si no, no) y confío en que aporte algo bueno a un Gobierno tan lamentable como de todos modos preferible al que Abc se complace en defender.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.