_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Vacas hindúes y toros ibéricos

En un reciente viaje a la India tuve oportunidad de comprobar la dimensión sagrada que las vacas tienen en la civilización hindú. Nada de lo imaginado se corresponde con el impacto real de lo que representa la presencia continua, promiscua y reverencial de estos nobles mamíferos que inundan la vida toda de los millones de seres humanos que perseveran en la convicción de la trascendencia tanto de sus vidas futuras como de las del animal.Nuestra fascinación por el toro bravo, configurada en el arte del toreo, constituye un elocuente contrapunto cultural y antropológico. En el Mediterráneo, desde el toro minoico hasta nuestra fiesta nacional, se ha desarrollado una profunda dimensión mítica que ha terminado por vincular a la raza brava el referente de una práctica del valor humano expresado en un rito de saberes ancestrales dotado de una estética profunda, llena de sutiles cualidades que sólo podemos definir como artísticas.

Un arte que, como todas las realidades estéticas, se consuma en la inspiración del privilegiado ser que las ejecuta y en la sensibilidad de quien las aprecia.

Es la diferencia entre lo bendito y lo épico, entre la asunción pasiva de lo que nos excede y la creación humana que amolda este rito a imagen y semejanza.

No soy más que un sencillo aficionado a los toros, y no paso de haber atisbado el paisaje de la India, pero mi atrevimiento me lleva a reclamar la conveniencia para la raza humana de jugar su suerte hasta el límite de lo sublime, pugnando activamente por definirse en la misma frontera de lo trascendente.

Nuestra sociedad alcanza su dignidad en ese encuentro, en esa pugna en la que la vida se expone no en la inanición, en la derrota cierta ante lo sagrado, sino en la lucha sustancial, cuajada de seriedad y decoro, donde la tragedia no es el destino, sino el riesgo en el que se enmarca la grandeza del hombre, que hace del toro bravo el instrumento perfecto de su propia exaltación.

es arquitecto.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_