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El mercado da una tregua a la peseta en un clima de tensa calma ante posibles nuevos acosos

Victoria Carvajal

Los mercados se mantuvieron ayer en un estado de tensa calma por temor a que se renueve el acoso a la peseta. Los especuladores dieron una tregua a la moneda española, tras la intervención concertada de seis bancos centrales europeos el viernes pasado. La divisa se mantuvo estable en torno a las 73,80 pesetas por marco, todavía en su banda negativa, y ligeramente por debajo de] cierre del pasado viernes (73,78). El Banco de España intervino desde primera hora de la mañana en los mercados de divisas y en el interbancario para disuadir posibles ataques contra la peseta. Los mercados de valores y de deuda compartieron la tensión sin descartar una tercera devaluación

.Los mercados vivieron ayer una calma cargada de tensión y nerviosismo, en espera de que los ataques contra la peseta se renueven en cualquier momento. Operadores y analistas coincidieron en señalar que la relativa estabilidad de la peseta fue debida a la casi inexistente presión especulativa. La moneda española cerró en las 73,83 pesetas ] por marco, algo depreciada con respecto al cierre del viernes (73,78), pero sin llegar en ningún momento del día a sobrepasar las 74 pesetas.

El apoyo a la peseta demostrado por los seis bancos centrales europeos el viernes pasado ha logrado, por el momento, disuadir a los especuladores. "Hay un factor psicológico importante que consiste en poder contar, por primera vez, con un grupo de bancos que apoyan decididamente y de forma concertada a una divisa", señala Jaime Piniés, director del departamento de estudios del BSN. "Esto es suficiente como para que los especuladores entren en una fase de reflexión".

A pesar de esta tregua, el Banco de España se mantuvo en guardia durante todo el día. En cuanto la peseta osciló ligeramente a la baja -ya a primera hora de la mañana-, el banco emisor vendió marcos a cambio de pesetas en los mercados de divisas. Estas intervenciones, se repitieron a lo largo de toda la mañana, aunque, según señalaron fuentes del mercado, en cantidades pequeñas, ya que no había apenas operaciones. El nerviosismo se dejó notar en el mercado interbancario, donde el Banco de España intervino para subir los tipos a un día hasta el 15%. El resto de los plazos también aumentaron, destacando la subida en los depósitos a un mes, que alcanzó el 16%.

Las intervenciones del banco emisor y la resaca del apoyo sin precedentes mostrado por otros seis bancos centrales consiguieron "sujetar psicológicamente" a la peseta, señala Jorge Wuhrmann, subdirector del departamento de divisas de Finconsult. "De momento, ha quedado claro que el Banco de España no está solo ante el peligro", añade. "La necesidad de mantener la credibilidad del Sistema Monetario Europeo y los fuertes lazos comerciales de España con muchos de los miembros de este mecanismo no hacen deseable una nueva devaluación".

Clima enrarecido

Sin embargo, la duda persiste en el ambiente. "El clima está muy enrarecido y se echa de menos una declaración oficial conjunta por parte del resto de los miembros del SME en defensa de la actual paridad de la peseta", declara Jaime Piniés.

Tan sólo un miembro del Bundesbank se refirió indirectamente a la ayuda concedida a la peseta. El consejero del banco central alemán, Otmar Issing, aseguró ayer en Francfort que no hay ninguna divisa sobrevalorada en el SME, segúnrecoge la agencia Knight-Ridder, citada por Efe. "El Bundesbank nunca ha dejado de participar en ninguna iniciativa del SME sobre una divisa siempre que lo ha considerado apropiado", dijo a preguntas sobre el apoyo a la peseta.

La posibilidad de una nueva devaluación, la tercera en siete meses, o la posible salida del mecanismo de cambios europeo, alternativa más barajada por los analistas, sigue presente tanto en el mercado secundario de deuda como en el de valores, aunque con menor intensidad que el viernes.

El precio de los bonos a largo plazo (diez y once años) cedió ligeramente con respecto al viernes, mientras que los activos públicos a corto plazo se demandaron más y mantuvieron prácticamente invariable su rentabilidad.

La Bolsa de Madrid, que el viernes también subió animada por la perspectiva de una devaluación, registró un elevado volumen de negocio en medio de un gran nerviosismo. El índice general bajó 0,84 puntos al cierre y quedó en 246,19. Las expectativas a la baja de tipos, en el caso de que se produzca la devaluación, siguen animando a los inversores.

Hasta la celebración de las elecciones, dentro de 45 días, "cualquier dato negativo o declaración inoportuna y contradictoria puede desatar nuevos ataques", señala un analista.

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