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Fuerte caída de la peseta a pesar del apoyo de seis bancos centrales europeos

La peseta vivió ayer una auténtica jornada negra en la que se hicieron presentes los fantasmas de la devaluación. Seis bancos centrales tuvieron que acudir en ayuda del Banco de España para detener la caída de la moneda, que llegó a cotizar al mínimo, histórico de 74,30 por marco, para cerrar a 73,78, con una pérdida superior a una peseta. El presidente del Gobierno, Felipe González, manifestó en Polonia, donde se encuentra de visita oficial, que el Gobierno está firmemente decidido a mantener la paridad. La peseta cayó pese a que el Banco de España mantuvo el precio del dinero, mientras el resto de Europa se apresuraba a bajar los tipos de interés siguiendo al Bundesbank.

El Banco de España necesitó ayer, en una acción concertada sin precedentes, el apoyo de los bancos de Alemania, Francia, Bélgica, Irlanda, Holanda y Dinamarca para defender la peseta de uno de los ataques más fuertes. La ayuda se produjo ante la incapacidad del Banco de España de detener la caída. Ni sucesivas intervenciones en los mercados de cambios, ni el mantenimiento del precio oficial del dinero, ni la subida de 1,5 puntos en el tipo de interés a un día consiguieron detener el descenso.Felipe González atribuyó ayer a razones "políticas, y no económicas", el acoso a la peseta, y afirmó que cuenta con el apoyo del resto de bancos centrales europeos. Líderes de la oposición y operadores del mercado consideran que la inestabilidad política y monetaria que han pronosticado estos días el propio González y el gobernador Rojo han contribuido a debilitar la peseta.

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