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La vida empieza en Tuzla

"Perdí toda esperanza de dejar Srebrenica con vida", asegura un refugiado musulmán

Un clamor estalla entre las filas de desaliñados luchadores bosnios evacuados de Srebrenica e internados en el sótano del hospital de Tuzla, en el que estos días se han colocado 250 nuevas camas. La causa fue el anuncio a gritos de una joven enfermera: "Van a tomar una ducha inmediatamente". Aquellos cuyas heridas no se lo impedían formaron inmediatamente una excitada cola.

La ONU anuncié que la evacuación aérea de enfermos y heridos de Srebrenica alcanzó su objetivo la noche del lunes después de que más de 300 musulmanes bosnios, la mayor parte combatientes, llegasen a salvo a Tuzla en helicópteros de la ONU. Larry Hollingworth, funcionario de la organización para asuntos de los refugiados, aseguró que los 140 cascos azules que participaron en la operación fueron recibidos con entusiasmo por una población aterrorizada.La evacuación ha sido criticada como un trabajo de limpieza étnica bajo supervisión de la ONU y al servicio de los intereses de los sitiadores serbios.

Sin embargo, para Nedzip Delic, de 25 años, la salida de Srebrenica en los helicópteros blancos de la ONU fue un milagro. A Delic le falta una pierna, y cuenta que sus posibilidades de salir de la ciudad atravesando las líneas serbias eran totalmente nulas. "La situación es tan infernal en Srebrenica que no me lo podía creer cuando subí al helicóptero. Sigo creyendo que aún estoy allí", dice.

Un proyectil de un carro de combate serbio le dejó sin una pierna hace diez días, cuando defendía la población de Zeleni Jadar, a seis kilómetros y medio al sur de Srebrenica. La amputación de la pierna fue un éxito. "Gracias a los aviones norteamericanos tenemos anestesia. Antes, las amputaciones se hacían con el herido todavía consciente".

Senad Alic, de 21 años, tuvo esa experiencia. "Perdí toda esperanza de salir vivo de Srebrenica", dijo. Perdió una pierna el pasado otoño y fue operado en Srebrenica cuando el hospital no tenía medicinas, ni siquiera jabón. Las enfermeras lavaban la ropa del hospital -los vendajes ensangrentados y las sábanas sucias- en el río más cercano. "El dolor me hizo perder el conocimiento cuando me arracaron la pierna".

Descripción de una matanza

"Yo estaba desahuciado", cuenta Admir Mujic, de 13 años, que fue evacuado de Srebrenica en un convoy de la ONU la semana pasada. "Los serbios arrojaron piedras al camión cuando éramos conducidos a Tuzla y nos maldecían. Lloré". Admir ha perdido tres dedos de una mano, pero tiene suerte de seguir vivo. Estaba presente cuando 56 civiles, la mayoría mujeres y niños, volaron por los aires la semana pasada en el bombardeo serbio de un centro escolar. "Vi a toda esa gente jugando al fútbol, y minutos después sólo contemplé cabezas, manos y masa celebral por todas partes. De un chaval sólo quedó su cuerpo de cintura para abajo. El resto desapareció".

Tras un año de asedio y bombardeos, los chavales de Srebrenica como Admir han perdido toda capacidad de sentir horror o temor. La descripción que hace de la matanza es clínicamente fría. Sus ojos y sus labios no dejan entrever emoción alguna.

The Independent /

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