Disuelto Madrid 92 con 250 millones de superávit
Los actos culturales de Madrid 92 ocupan ya un hueco en la memoria, pero su balance administrativo se encuentra en plena resolución. El comité ejecutivo que dirigió los destinos del Consorcio de la Capitalidad Cultural, integrado por representantes del Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Cultura y la Comunidad, aprobó el viernes las cuentas, que disuelven económicamente este organismo con un superávit de 250 millones de pesetas. La explicación oficial de este dato se justifica en el ajuste del gasto y en la llegada de patrocinadores. Los críticos apuntan hacia la incapacidad de gestionar el dinero disponible. Las administraciones discuten ahora el reparto en porcentajes de este beneficio y del inventario.
La historia de Madrid 92 se empieza a escribir ya en páginas y también en libros contables Los integrantes del comité ejecutivo tuvieron la oportunidad de echar un vistazo el pasado viernes a los únicos cuatro ejemplares de la original memoria del año que se pusieron entonces sobre la mesa.La memoria elaborada es una mezcla de aportaciones literarias -se ha contado para su redacción con Luis Mateo Díaz, premio nacional de Literatura y funcionario municipal- y administrativas. La memoria se empezará a distribuir masivamente esta semana. La conclusión de los asistentes fue casi unánime: la programación, gozó de un alto nivel medio de calidad, pero fue escasamente publicitada.
El logro económico, sin embargo, no fue valorado por nadie. Los gestores del consorcio aportaron sus últimos datos, los que servirán para liquidar seguramente a finales de este mismo mes, este organismo, con unas asistencias en caja de 249 millones de pesetas. La Capitalidad Cultural firmará su finiquito con un presupuesto final de ingresos de 6.024 millones.
No se consumió todo el gasto
El consorcio, sin embargo, tiene comprometidas partidas que elevan este capítulo hasta 6.147 millones, aunque sólo ha recaudado hasta el momento 5.700. Esta cifra precisamente es la que se había fijado inicialmente como previsión de gastos, aunque al final se ha recortado este apartado hasta cubrir sólo 5.400 millones.Ninguno de los consejeros del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid hicieron comentario alguno -ni positivo ni negativo- sobre este balance. Se esperaba. Los más optimistas destacan la capacidad para recortar gastos administrativos y burocráticos y la contribución de 1.643 millones de los patrocinadores privados.
El Ayuntamiento no sólo ha aportado anualmente, durante tres ejercicios, 750 millones de pesetas, sino que ha facilitado la experiencia profesional de funcionarios cualificados, de ordenanzas y hasta del conductor del director general del consorcio. El municipio adelantó también los 200 millones necesarios para acometer la rehabilitación del palacio que sirvió de sede para este organismo, situado en el número 7 de la calle de Zurbano.
Portavoces municipales recuerdan, en este sentido, que varios directores de área destinados estos años en el Consorcio de la Capitalidad Cultural han continuado cobrando sus nóminas del Ayuntamiento, aunque con pequeñas gratificaciones especiales. Algunos, incluso, han compartido secretaria. Otros, como el secretario general (José Mario Corella) o el interventor (Vicente Arnau), han trabajado todo el tiempo en las dos instituciones.
López de Osaba, en cualquier caso, mantiene su contrato con el consorcio hasta el 30 de junio, cuando éste se disuelva oficialmente. Pero tanto Norberto Tena como Carlos Blanco, los dos enviados por el Ayuntamiento para controlar administrativamente esta entidad, están ya pendientes de confirmar su destino de regreso. Blanco será con toda probabilidad el secretario delegado del Instituto Madrileño de Formación y Empleo (Imefe).
La Comunidad de Madrid ha sido la administración que menos dinero ha entregado -150 millones en total-, pero también ha aportado instalaciones y actos culturales propios para la programación general. El Ministerio de Cultura consiguió la cesión durante tres anos por parte del Ministerio de Obras Públicas del palacio de Zurbano, comprado en su día a la familia Mora y Aragón.
Obras Públicas recuperará para su uso este palacio el próximo 30 de junio, y todo parece indicar que lo dedicará a la sede de una fundación de rehabilitación de edificios históricos.
El Estado ha consignado directamente 150 millones de pesetas para el funcionamiento del consorcio, así como los rendimientos de las colecciones de monedas, sellos y loterías preparadas para la ocasión.
Los consejeros más críticos han relacionado el superávit con la incapacidad demostrada por el director general del consorcio, Pablo López de Osaba, para gestionar el presupuesto que se puso a su disposición.
El ajuste del gasto se reconoce de manera general, pero la explicación del patrocinio privado no convence. Sobre todo porque de los 1.643 millones registrados como subvenciones 1.000 pertenecen a Cajamadrid -entidad bancaria de titularidad pública- y 500 millones a la compañía estatal Telefónica.
Lo que sí se confirma es que ha habido actos, aunque pocos, que finalmente se han descolgado de los más de 2.000 programados, pero no por falta de recursos económicos. El comité ejecutivo del consorcio acordó la creación de una comisión de liquidación que dará forma en estos días a las cuentas y recaudará los últimos recibos.
El Ayuntamiento, por ejemplo, todavía no ha entregado 250 millones de los 750 que tenía comprometidos en los presupuestos de 1992. La Comunidad teme por este dinero en el aire. Un portavoz municipal reconoció que la corporación local se había reservado esta partida para asegurarse el cobro de los 200 millones adelantados en su día para acondicionar el palacio de Zurbano. Los 50 millones restantes sí se pagarán e irán a engrosar el capítulo de beneficios.
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