Polémica en Portugal por la muerte de seis enfermos renales en hemodiáfisis

La muerte de varios enfermos renales en tratamiento en el servicio de hemodiálisis del hospital de Évora, en el sur de Portugal, .amenaza con transformarse en escándalo político, con graves implicaciones para el Gobierno de Cavaco Silva.Según el Consejo de Administración del hospital de Évora -a 150 kilómetros al sur de Lisboa-, fallecieron en las últimas dos semanas seis enfermos y otros dos se encuentran en estado de coma debido a una intoxicación provocada por un exceso de aluminio en suspensión en el agua de la red pública.

Según otras fuentes, el número de muertes es más elevado, ya que los responsables del hospital no incluyen en su balance otros casos acontecidos en semanas anteriores para ocultar el hecho de que el sistema de ósmosis inversa, que permite detectar -y eliminar- los llamados metales pesados (entre ellos el aluminio) del agua que alimenta las máquinas de hemodiálisis, se encontraba inoperante hacía tres meses.

Cuando, hace una semana, se verificó que el porcentaje de aluminio en suspensión en el agua distribuida en la región era de 7 a 12 veces superior al máximo permitido, la dirección del hospital responsabilizó de lo ocurrido al Ayuntamiento de la ciudad de Evora, que tiene a su cargo la verificación de la calidad del abastecimiento público de agua.

Control rutinario

El Ministerio de Sanidad también acusó al Ayuntamiento de Évora de ser el responsable de la "mala calidad" del agua suministrada a través de la red pública, alegando que la presencia -hasta la fecha no explicada- de un porcentaje tan elevado de aluminio es perjudicial no sólo para los enfermos renales, sino también para los consumidores normales, y ordenó inmediatamente una investigación de eventuales 'Tallos técnicos o humanos" en la estación local de tratamiento de agua. En efecto, el sulfato de aluminio es utilizado normalmente para la purificación del agua y tiene la propiedad de provocar la precipitación de los otros metales en suspensión y su separación por decantación.

Estas acusaciones fueron rechazadas por el Ayuntamiento, que dice que los controles "de rutina" fueron efectuados normalmente y no permitieron detectar ninguna anomalía durante el periodo en que se verificaron los óbitos denunciados en el servicio de hemodiálisis del hospital provincial.

El personal médico solicitó la intervención de la orden de los médicos, que considera también "prematuras" las conclusiones del ministerio. Uno de los argumentos expuestos es que otros enfermos tratados en una clínica privada de Évora por el mismo método, con aparatos idénticos y por los mismos médicos que dirigen el centro de diálisis del hospital público, no sufrieron ninguna molestia. Además, ambos servicios -el privado y el público- siguen funcionando normalmente y no se volvieron a registrar nuevos casos.