Turquía concentra tropas en la frontera con Armenia en un clima de intervención militar
Turquía dio ayer inquietantes señales de que la guerra entre azeríes y armeníos por el enclave de Nagorni Karabaj (de población mayoritariamente armenia, pero dependiente de Azerbaiyán) puede precipitar a Ankara a intervenir militarmente en defensa del régimen de Bakú. Para dar mayor, peso a la serie de advertencias de los últimos días, el mando militar de Ankara ya ha movilizado tropas hacia la frontera con Armenia, según versiones extraoficiales. En esferas parlamentarias y en la prensa turca, los llamamientos a una intervención son cada vez más estridentes.
El rápido deterioro de la situación en Nagorni Karabaj y la zona limítrofe tras la captura de un 10% de territorio azerbaiyano por parte de las fuerzas armenias está produciendo en Turquía un ruido de sables con reminiscencias de los prolegómenos de la invasión turca de Chipre, en 1974.El jefe del Estado Mayor, general Dogan Güres, asegura en una entrevista concedida al diario Hurriyet que Turquía está "dispuesta a responder ante cualquier eventualidad" y que está cada vez más preocupada por la campaña de "expansión" emprendida por los armenios. Aún sé confía en que el Gobierno armenio recapacite, lo que permitiría desactivar esta bomba dé relojería en el Cáucaso ex soviético.
Ankara, bajo creciente presión de la opinión pública para mostrar firmeza en una crisis que compromete su credibilidad diplomática, está haciendo esfuerzos por resolver la cuestión en el marco de la ONU, apoyando decididamente a Azerbaiyán. Sin embargo, los turcos ya han expresado reservas acerca de la eficacia de los canales diplomáticos para poner fin a cinco años de guerra entre Azerbaiyán y Armenia. Ayer, con el trasfondo de editoriales de prensa que exigen al Gobierno mostrar los dientes a los armenios, el Gabinete del primer ministro Suleimán Demirel expresó su decepción por la "tímida actitud" de la ONU.
Preocupación en la ONU
El Consejo de Seguridad exigió el martes la retirada inmediata de las fuerzas armenias del territorio azerbaiyano ocupado y el cese de las hostilidades. El presidente en ejercicio del máximo órgano ejecutivo de la ONU, el paquistaní Jamshid Marker, expresó la "profunda preocupación" del Consejo por la "invasión del distrito de Kelbayar por tropas armenias".
El portavoz del Ministerio de Exteriores turco, Ferhat Ataman, dejó en claro ayer que Ankara mantiene lo que los norteamericanos llamarían todas las opciones abiertas. "Por el momento nos estamos concentrando en los contactos diplomáticos, pero Turquía definirá su posición de acuerdo con el curso de los acontecimientos".
En medios próximos al Gobierno, se subraya que la aviación turca ya ha comenzado a efectuar vuelos de reconocimiento en la zona de conflicto, con intenciones de momento más psicológicas que estratégicas. En Yereván, la capital armenia, se repetía entretanto el argumento de que no existe ningún vínculo entre la ofensiva de los últimos días y la línea oficial. Armenia sostiene que las operaciones militares son acciones de "defensa propia de fuerzas locales".
En Ginebra, sede del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la preocupación es cómo evacuar a cerca de 27.000 civiles azeríes de la zona capturada por los armemos. Según el ACNUR, hay más de 30 aldeas azeríes prácticamente a merced de combatientes azeríes en las áreas nevadas de KeIbajar.
Pocos analistas turcos creen que el Gobierno de Demirel esté en condiciones de llevar las advertencias al plano de las amenazas creíbles, pero destacan que a menos de que Yereván detenga la conquista de Nagorni Karabaj se darán pasos más concretos por parte de Ankara, que ya ha cerrado su espacio aéreo y sus carreteras al transporte de la ayuda humanitaria internacional para Armenia. Prácticamente nadie quiere que este conflicto desencadene una guerra" porque ésta podría arrastrar a Irán y Rusia. El presidente turco, Turgut Ozal, en gira por Asia Central, ha sugerido la posibilidad de que su país comience a realizar maniobras militares en la zona próxima a Armenia, y reconoció que no es posible descartar del todo que "alguna bomba" caiga, "accidentalmente", en posiciones armenias.
Ayer mismo, Armenia se vio obligada a racionar el suministro eléctrico tras ser volado, el día anterior, por una explosión presumiblemente intencionada, el oleoducto que conduce el gas desde la vecina Georgia.
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