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LA CRISIS DE LOS SOCIALISTAS

Dirigentes del PSOE temen que González anuncie su dimisión si no impone sus tesis en la ejecutiva

El secretario general del PSOE, Felipe González, reaccionó el lunes con irritación ante la decisión del secretario de organización socialista, Txiki Benegas, de hacer pública la carta que le envió el pasado 1 de abril y en la que ponía el cargo a su disposición y de la ejecutiva del partido. Benegas criticaba en su misiva con dureza a quienes "quiebran la solidaridad y lealtad" del partido, y concretamente a los "renovadores de la nada" y a "algunos miembros del Gobierno que se amparan en el anonimato". González medita en solitario la decisión que adoptará el sábado. No se descarta que dimita, riesgo que causa honda inquietud en el PSOE. Benegas, tratando de quitar hierro a su posición, dijo ayer que su carta no es "ninguna maniobra" contra González".

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La difícil salida a la crisis en que se encuentra el PSOE depende de la decisión de González. Según diversas fuentes, habló ayer por teléfono con dirigentes de Ferraz y con varios ministros para concretar la salida al problema planteado tras la difusión de la carta de Benegas, a primera hora de la tarde del lunes. González contempla tres hipótesis: una solución acordada con Guerra y Benegas antes de la reunión de la Ejecutiva del PSOE del próximo sábado en la que quede a salvo su autoridad como secretario general; la imposición de sus tesis de exigencia de responsabilidades políticas a la dirección del PSOE por el caso Filesa sin acuerdo previo; y su propia dimisión, sin descartar que lo haga toda la ejecutiva. Las fuentes consultadas, a última hora de ayer, manifestaban que González "aparece cada vez más decidido a llevar adelante sus tesis". Tampoco se descartaba, como otra de las salidas extremas a la crisis, una convocatoria anticipada, para junio exactamente, de las elecciones generales.En la jornada de ayer se produjeron movimientos en el seno del PSOE en las tres direcciones. Algunos dirigentes apostaban aún por la posibilidad de un acuerdo previo. Era el caso de Luis Yáñez, quien señaló que "González, Guerra, Benegas y pocos más deben buscar una solución y proponerla a la ejecutiva plenaria. Sin entrar en debate ni votación. Luego se podría convocar al comité federal, órgano máximo del partido entre congresos, para que diese su opinión".

Dificultad del acuerdo

Caracterizados dirigentes renovadores opinan que es muy dificil un acuerdo previo que deje a salvo la autoridad de González. Para ello, estiman, Benegas y el conjunto del aparato tendrían que ceder y asumir la propuesta de responsabilidades políticas por el caso Filesa propuesta por González, lo que no parece fácil tras la carta de Benegas. En su opinión, "lo importante es que González siga adelante con su pretensión de exigir responsabilidades". La consecuencia de esta posición sería la recomposición de la comisión ejecutiva.

Esta actitud seguía enfrentada ayer a la del aparato. Fuentes de la ejecutiva señalaron que "la pretensión de Benegas era conseguir una reacción del partido ante la crisis y que se sepa en qué posición está cada uno".

La posibilidad de dimisión de González no se descartaba ayer, 24 horas después de que Benegas difundiera la carta en la que ponía su cargo a disposición del presidente. Ante la inquietud suscitada en el PSOE por esa posibilidad, Benegas hizo públicas ayer unas declaraciones a la agencia Efe tratando de quitar hierro a la situación. Sin embargo, el mantenimiento de la tesis básica defendida anteayer, según la cual la dirección del PSOE no debe asumir responsabilidades hasta que se pronuncien la justicia, supone que las posiciones enfrentadas se mantienen.

"La difusión de mi carta", señala el secretario de Organización, "no constituye ninguna maniobra contra Felipe González ni declaración de guerra alguna en el seno del partido, sino que, muy al contrario, lo que he querido es clarificar públicamente cuál es mi actitud, como responsable político, para que nadie pueda especular con ella en perjuicio del PSOE". Benegas deja claro que "es totalmente injusto exigir responsabilidades al secretario general del partido porque hace 10 años que no se ha ocupado, por razones obvias, de la administración de nuestra organización". Sin embargo, Benegas seguía defendiendo sus tesis de fondo, contradictorias con la de González, de no asumir responsabilidades hasta que los tribunales se pronuncien.

El número tres del PSOE considera "una barbaridad que se pretenda que el partido condene a personas, antes de que los tribunales se hayan pronunciado sobre si existe o no algo ilícito en su conducta. Y es una barbaridad porque choca frontalmente con los más elementales principios del sistema democrático".

Esta posición se unía a un nuevo ataque contra el sector renovador del PSOE como hizo la víspera con la difusión de su carta: "En el seno del PSOE no se pueden permitir determinadas prácticas políticas, como las de plantear la defensa de cualquier tipo de tesis desde fuera del partido y de forma anónima, cuando esas tesis no se defienden ni se expresan en las reuniones de nuestros órganos de dirección que es donde, con lealtad y meridiana claridad, se han planteado en la larga vida del PSOE".

Benegas dijo también que "cada uno de los dirigentes del PSOE tenemos distribuida una responsabilidad, en función del cargo que desempeñamos". "Yo he estado siempre y sigo estando dispuesto a asumir la que me corresponde y la puesta a disposición de mi cargo en la ejecutiva es una muestra más de esta actitud, a mi juicio responsable".

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