Benegas se limitó a decir a Moncloa que estaba difundiendo su carta de dimisión

Secretario general del PSOE, Felipe González, ha demostrado repetidamente que no suele prohibir o autorizar actuaciones de los dirigentes de su partido, sino que se da por enterado. Esta forma de ser provoca con fusiones en sus interlocutores que suelen interpretar los silencios como aprobaciones. En todo caso, el secretario de Organización, Txiki Benegas, no le dio oportunidad a su secretario general a que opinara sobre si le parecía bien o mal que hiciera pública la carta que le remitió el pasado 1 de abril. Benegas comunicó a González que "estaba dando a conocer la carta" en el momento en que hablaban. La comunicación a González y al público fue simultánea.

Benegas conversó varias veces con González entre el jueves, 1 de abril, y el mediodía del martes siguiente. La falta de acuerdo llevó a Benegas a decidir que haría pública la dura carta que redactó el pasado jueves cuando fue consciente de que los renovadores repetían su nombre como el principal candidato a sacrificar por el caso Filesa.

En este diálogo de sordos Benegas utilizó ayer la agencia Efe para responder a la reacción de los renovadores ante su carta. "Es una gran contradicción que quienes hace dos días pedían mi dimisión critiquen ahora que haya puesto mi cargo a disposición de la dirección del partido".

Si González no celebró ayer ninguna reunión especial y todos sus colaboradores aseguran que está en periodo de "reflexión personal" otro tanto ocurrió con Benegas. La mayoría de los miembros de la ejecutiva responsables de área siguieron ayer en sus respectivas tareas sin que hubieran sido convocados por Benegas.

Por razón de vecindad Benegas mantuvo algunas conversaciones con Guerra dado que sus despachos están contiguos. Asimismo mantuvo conversaciones con los secretarios regionales que le telefonearon para mostrarle su solidaridad.