Interior recuerda la necesidad de perseguir con rigor la manipulación fraudulenta de los toros

El subsecretario de Interior, Santiago Varela, ha cursado a los gobernadores civiles instrucciones detalladas sobre numerosos puntos del reglamento taurino, a fin de aclarar dudas y ofrecer criterios comunes de aplicación. En el escrito precisa que todos los comportamientos dirigidos a la manipulación fraudulenta de los toros deberán perseguirse con singular rigor, y recuerda la posibilidad de ordenar el examen de vísceras y toma de muestras biológicas de las reses para su análisis en el laboratorio oficial.

Ratifica el Subsecretario en su escrito que sólo se procederá al análisis, post mortem, de las astas cuando en el reconocimieno previo se hubiera rechazado la res por presentar síntomas de manipulación no autorizada y el ganadero hubiese exigido que se lidie, bajo su responsabilidad, según prescribe el reglamento. Y señala cuáles son las normas de procedimiento, como la necesidad de que el ganadero firme el acta de responsabilidad, vigilancia durante la lidia y el arrastre para evitar que alguien deteriore las astas al efecto de imposibilitar su examen o la exigencia de que haya en los cosos el imprescindible material de análisis y cajas para remisión de pitones al laboratorio, debiendo desautorizarse la celebración del festejo, en caso contrario.En cuanto a la remisión de pitones al laboratorio la instrucción del Subsecretario es muy detallada, y sin embargo nada precisa acerca del envío de vísceras y toma de muestras biológicas de los toros o caballos de picar para su análisis, ni especifica cuáles han de ser las características de los contenedores y ni siquiera dice que hayan de encontrarse, obligatoriamente, en la plaza.

Llama la atención esta ambiguedad en el escrito del Subsecretario -muy minucioso en otras cuestiones- cuando el momento actual de la fiesta de los toros es preocupante por la debilidad extrema de las reses, cuyas causas son desconocidas. En la pasada feria de Valencia la inmensa mayoría de los toros y novillos lidiados padecieron una invalidez absoluta, y en el festejo del último domingo en Las Ventas la incapacidad física de los novillos llegó a tales extremos que uno de ellos hubo de ser apuntillado a poco de comenzar la faena de muleta y otros dos estuvieron a punto de correr la misma suerte.

Los veterinarios de la plaza de Valencia manifestaron a este periódico (ver EL PAÍS del 23 de marzo y que habían rechazado gran parte de las reses por sospecha de manipulación fraudulenta, falta de trapío o disfunciones en el sistema locomotor, pese a lo cual se lidiaron, con autorización del presidente. En el caso de las presuntas manipulaciones de astas, la aprobación había sido indudablemente correcta ya que los respectivos ganaderos se acogían a la prerrogativa que les concede el reglamento. Mas el público debió ser informado de qué reses saltaban al ruedo por imposición del ganadero y en contra del informe pericial de los facultativos.

Fundadas sospechas de fraude

Todo cuanto el reglamento prescribe acerca de la manipulación de astas fue cuestionado en su día por aficionados y especialistas. Y la realidad les está dando la razón, pues al acogerse los ganaderos a esa norma que les permite imponer la lidia de sus toros rechazados por presunto afeitado, el festejo se celebra con fundadas sospechas de fraude. La disposición es inamovible, hasta que el buen sentido la derogue; pero un mínimo respeto a los derechos del público exige que se le informe de lo que haya sucedido en los reconocimientos.

Las directrices aclaratorias del subsecretario se refieren a muchos y muy variados aspectos del reglamento, como la suerte de varas, avisos, petos, devoluciones al corral, espectadores y otros administrativos.