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LA REFORMA GLOBAL DEL MERCADO DE TRABAJO

El Ejecutivo quiere acabar con la desprotección de los trabajadores temporales y la sobreprotección de los fijos

C. PARRA / B. CEBRIÁN El Gobierno se propone corregir "el actual modelo de flexibilidad laboral, basado en la permanente rotación de un importante segmento de la población asalariada, y en la garantía del empleo indefinido para el resto de los asalariados". Persigue en suma que "la sobreprotección relativa de unos [los trabajadores fijos]" no suponga la desprotección relativa de los otros nos trabajadores eventuales]".

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El argumento del Ministerio de Trabajo, dirigido por Luis Martínez Noval, es que el actual sistema de contratación -laboral no puede considerarse el esquema idóneo para la década de los 90 y por ello quiere devolver al sistema de entrada en el mercado de trabajo (los contratos) "el principio de causal¡dad" (que se usen adecuadamente) y ver la posibilidad de revisar el mecanismo de salida (los despidos) y, en concreto, la regulación de los despidos por causas económicas, tecnológicas o de fuerza mayor.En el amplio documento -65 páginas- enviado ayer al Consejo Económico y Social, el Ejecutivo afirma que la evolución del mercado de trabajo en los últimos trimestres indica que se está produciendo la desaparición de contratos indefinidos y propone analizar las causas. También dice que una amplia reforma debería corregir los efectos indeseados de la reforma laboral aplicada en el año 1984, "sin olvidar que en la mi , sma existen elementos positi vos que sería imprescindible conservar en la nueva etapa".

El Gobierno reconoce que la reforma de 1984 produjo, además de unos efectos en la generación de empleo, otros en la rotación laboral y en el equilibrio financiero del sistema de protección por desempleo. Por ello plantea que en una futura reforma esas consecuencias deben ser objeto de análisis y debate a la luz de las experiencias más recientes y de las perspectivas en el medio y largo plazo.

Recuerda asimismo que esa reforma de 1984 fue "una suerte de intercambio" entre la no alteración de las condiciones aplicables a los trabajadores "típicos" (o fijos), incluido el ajuste de plantillas por causas económicas y tecnológicas, y la decisión de facilitar los contratos "atípicos" (o eventuales).

En cierta manera se reconocen irregularidades en el uso de la contratación al afirmar que los empresarios satisfacen la! necesidades de adaptación de laplantilla, para lo que encuentran obstáculos en el sistema laboral, recurriendo a la contratación temporal, y en especial al de fomento del empleo.

Asimismo cree que, en la actual situación económica, el modelo aplicado en 1984 no sirve. Las razones son que, por una parte, hay una mano de obra joven con un buen nivel de formación que se descapitaliza progresivamente al no integrarse establemente en el mundo del trabajo. Por otra parte apunta un importante colectivo de asalariados, los trabajadores de edad más avanzada, con contratos generalmente indefinidos, que mantienen carencias formativas básicas que dificultan su capacidad de adaptación y reciclaje profesional.

En suma, propone reducir la actual "dualización" del mercado de trabajo español entre los trabajadores eventuales y fijos, examinar cuidadosamente las modalidades de contratación temporal para que se apliquen a demandas coyunturales y a finalidades formativas o de inserción de jóvenes y potenciar "la cultura de trabajo a tiempo parcial", que no existe entre los empleadores de nuestro país.

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