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Un tribunal de Sarajevo condena a muerte a dos soldados serbios por crímenes de guerra en Bosnia

Dos soldados serbios de Bosnia, Borislav Herak y Sretko Damjanovic, fueron condenados ayer a muerte por un tribunal en Sarajevo, acusados de crímenes de guerra. Herak fue condenado por matar a 30 prisioneros de guerra, entre ellos una docena de mujeres previamente violadas. Herak, cuyo discurso denota problemas mentales, admitió todos sus crímenes y no apelará la sentencia. Damjanovic, culpable de cinco asesinatos y dos violaciones, alega haber sido golpeado para admitir sus crímenes y apelará la decisión del tribunal.

Mientras, la tregua en Bosnia entró en su tercer día consecutivo. "El tiempo de la paz está al alcance de la mano", afirmó el general francés Philippe Morillon, jefe de las fuerzas de la ONU (Unprofor), quien al comentar la condena de los dos soldados serbios aseguró que los criminales de guerra deben ser juzgados por un tribunal internacional y rechazó el proceso de Sarajevo. Morillon obtuvo el alto el fuego en Bosnia en una reunión con el mando militar serbio. Sin embargo, falta el acuerdo político necesario para transformar una tregua tan frágil en una paz duradera. Las autoridades serbias han convocado para el viernes una reunión del Parlamento serbio en Bosnia con el fin de discutir el mapa de la división de Bosnia en diez provincias. Radovan Karadzic, el líder de los serbios bosnios, rechazó firmarlo por considerar que no es favorable a los intereses de su pueblo.

La comunidad internacional no dispone de tiempo ilimitado para permitir los titubeos políticos de Karadzic y sus diversas iniciativas, concebidas para ganar tiempo y presentar al mundo hechos consumados: un 70% de territorio conquistado y progresivamente limpio de la presencia musulmana.

El viceministro de Exteriores ruso, Vitaly Churkin, representante de Moscú en las negociaciones sobre Bosnia, llegó ayer a Belgrado para tratar de convencer a los líderes serbios, yugoslavos y bosnios de que el plan de paz de Cyrus Vance y David Owen no tiene alternativa. La agenda de Churkin es apretada: reuniones con el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic; con el presidente yugoslavo, Dobrica Cosic; con el primer ministro yugoslavo, Radoje Kontic, y con Karadzic.

El ministro de Exteriores ruso, Andrei Kózirev, invitó a los serbios a poner su firma en el plan de paz para Bosnia. Belgrado apuesta desde hace meses por la destitución de Kózirev, pero éste sigue en su cargo y los cálculos sobre la derrota de la línea política de Borís Yeltsin no se han cumplido. La agencia estatal yugoslava, Tanjug, minimiza de antemano los resultados de la misión diplomática de Churkin: "La cuestión bosnia es demasiado compleja para ser resuelta por medio de una diplomacia rutinaria y el uso de dobles criterios, dictados unilaterales, ultimatos y amenazas de intervención militar", dice la agencia.

La tregua en Bosnia oriental no facilitó el paso de los convoyes con ayuda humanitaria, nuevamente bloqueados. La ONU prevé el restablecimiento del puente aéreo entre Srebrenica y Tuzla para evacuar a los heridos y enfermos. El puente fue suspendido la semana pasada tras los disparos desde posiciones serbias contra los helicópteros y la población civil congregados en el campo de fútbol.

"Hay más de 1.000 personas desesperadas que harían cualquier cosa para salir de Srebrenica", aseguran los representantes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Paralelamente, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya rechazó ayer la solicitud de la República de Yugoslavia de retrasar una audiencia prevista para mañana y que debatirá medidas protectoras demandadas por Bosnia, informa France Press.

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