Los socialistas convocan un congreso extraordinario para refundar el partido
La dirección del Partido Socialista francés (PS) propuso ayer la convocatoria urgente de un congreso constituyente que desemboque en la refundación del partido como respuesta al desastre electoral que ha supuesto la pérdida de más de 200 escaños y que ha reducido a un mínimo histórico la presencia socialista en la Asamblea Nacional. La ajecutiva socialista salía, además, al paso de las primeras voces que pedían la dimisión colectiva e inmediata de la dirección del partido.
Un aire de fronda, del que se había hecho portavoz Ségoléne Royal, ex ministra de Medio Ambiente, que pidió unos "Estados Generales" de la izquierda y las fuerzas progresistas, se extendía ayer entre las filas de un partido atravesado por múltiples tendencias. La ejecutiva del PS, que ha convocado el congreso constituyente para antes o inmediatamente después de este próximo verano, se reunió ayer por la tarde bajo la dirección de su primer secretario, Laurent Fabius, que había recibido poco antes en su despacho de la calle Solferino a Michel Rocard, cabeza de una (le las facciones socialistas y aspirante a dirigir la refundación pese a la derrota sufrida en su circunscripción de Yvelines.
Rocard, que no participó en la reunión de la ejecutiva, despachó también con Lionel Jospin, también derrotado el pasado domingo, y estuvo en contacto con Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, y posible candidato de la izquierda en las elecciones presidenciales de 1995. La intensa actividad de Rocard refleja el clima de tensión que ha generado en el entorno socialista tras el desastre del domingo.
Todo indica que la convocatoria del congreso extraordinario es el triunfo de la tesis de Pierre Mauroy, actual presidente de la Internacional Socialista y dirigente histórico del socialismo francés, que había pedido que se diera voz a la militancia del partido para que defina el modo y la forma de organización que debe adoptar el socialismo.
Efecto "devastador"
Fabius, por su parte, anunció su intención de acabar con el efecto "devastador" de las corrientes de opinión en el seno del partido que, en su opinión, han sido una de las causas del desastre.
Por otra parte, la derrota de Rocard en su circunscripción y su ausencia del grupo parlamentario limitará su autoridad para dirigir el proceso de refundación de la izquierda. Sereno en la adversidad, Rocard anunció la noche del domingo que se sentía un "reconstructor de la esperanza" dispuesto a buscar de nuevo el diálogo con los "franceses de base". Pero a sus 63 años y con unas elecciones presidenciales que pueden celebrarse en cualquier momento dentro de los próximos dos años, Rocard tiene poco margen de maniobra.
Son las nuevas generaciones a las que pertenecen Ségoléne Royal, o su marido, François Hollande, diputado derrotado el pasado domingo, o independientes como Bernard Kouchner, que forman el movimiento llamado de los quadras -cuadragenarios próximos a Jacques Delors-, que piden una renovación profunda, urgente y no doctrinaria. "El PS no puede contentarse con anunciar un congreso de renovación", afirmó Hollande, que pidió la creación de una "nueva organización de hombres adaptados a los tiempos actuales".
En medios próximos a la actual dirección socialista se previene contra esta deriva catastrofista que quiere arrasar con el pasado e indican que el resultado del pasado domingo, siendo severo, puede inducir a error. Muchas circunscripciones, señalan, se perdieron por escaso número de votos, por lo que no existe una desaparición del socialismo del paisaje político francés.
Personalidades como Jack Lang, ex ministro de Cultura, pidieron ayer un periodo de reflexión para hacer a la vez un "análisis crítico e imaginativo" de la situación y recomendaron a sus compañeros socialistas que estuvieran a la altura de un acontecimiento difícil y que resistieran la tentación de "pegar la nariz al esparate de la actualidad".
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