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ELECCIONES EN FRANCIA

El presidente analizara hoy la derrota del PS

François Mitterrand se dirigirá esta tarde a los franceses a través de la televisión para comentar los resultados de las elecciones legislativas. Al presidente le será difícil establecer una diferencia entre su persona y la derrota del Partido Socialista (PS), que él fundó en 1971. Pero Mitterrand, sin duda, se agarrará a la legalidad y recordará que él fue elegido en 1988 para realizar un segundo mandato presidencial de siete años. Previamente, habrá recibido en el Elíseo a Pierre Bérégovoy, que le presentará su dimisión como primer ministro. Hoy mismo o mañana como muy tarde, el presidente nombrará un nuevo primer ministro salido de las filas de la coalición vencedora en las legislativas. El gaullista Edouard Balladur era anoche el candidato favorito."El primer ministro deberá ser escogido en el seno de la familia política que tenga el mayor número de escaños", dijo el centrista Pierre Mehaignerie. Era una manera de aceptar que el próximo huésped de Matignon será un gaullista, puesto que la Agrupación para la República (RPR) le sacó a sus socios de la Unión para la Democracia de Francia (UDF) una ventaja de una treintena de diputados. El propio Valéry Giscard d'Estaing proclamó que renunciaba a su aspiración de ser primer ministro.

"No me veo en el nuevo Gobierno", dijo Giscard, líder de la UDF. Y añadió: "Es incontestable que Edouard Balladur tiene capacidad para asumir la función de primer ministro". Con muchas más razones, los gaullistas aupaban la candidatura de Balladur, apadrinado para este puesto desde hace meses por Chirac, líder del RPR. A favor de Balladur juega también el que durante toda la campaña ha sido respetuoso con Mitterrand y no ha puesto nunca en tela de juicio las principales orientaciones de la política europea francesa: fortaleza del franco, cooperación con Alemania y encarrilamiento de Maastricht.

Sin margen de maniobra

El centro derecha abordaba su segunda cohabitación con Mitterrand con la intención de no dejarle al presidente ningún margen de maniobra. El gaullista Jacques Toubon, uno de los ministrables, dijo que el futuro Gobierno "expondrá en la plaza pública todas y cada una de sus diferencias con el presidente". Toubon subrayó que Mitterrand es "mucho más débil que en 1986" y el centro derecha mucho más fuerte".

A Mitterrand le va a resultar muy difícil repetir sus hábiles jugadas de la primera cohabitación, cuando consiguió otorgarse el papel de padre de la nación por encima de las querellas partidistas.

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