El informe
Lo que más llama la atención del informe pericial sobre Filesa es el número de folios, o sea, 500. A mí me parece una barbaridad porque el asunto, desde un punto de vista narrativo, no da para tanto. Es decir, que si vas a un novelista con una historia de chorizos que montan empresas que no son para vender informes que no existen, te lo resuelve con una novela corta. Es cierto que por una novela corta se cobra mucho menos que por un informe irreal, que lo irreal está por las nubes, pero con la novela, en cambio, puedes hacer una metáfora de tu tiempo: o sea, que hablando de lo que hablas cuentas a la vez otra cosa. Juan Guerra ha comprendido muy bien la utilidad de las metáforas: siempre se queja de ser el culo en el que dan las patadas dirigidas a su hermano. Juan Guerra es una metáfora con gafas de sol; sólo se piensa en él para reflexionar sobre política. Eso es lo que tienen las metáforas y las novelas frente a los informes periciales, que con una historia de amor resumen un siglo o un decenio.Hablando de metáforas y de novelas, qué fuerte lo del chalé de Aida Álvarez, que lo tiene que derribar porque ha vulnerado apasionadamente toda la legislación urbanística. Ahí sí que hay una novela de amor y lucha de clases, que son las mejores. Además, la noticia del derribo llegó el mismo día en que se hizo público el informe sobre Filesa. ¿No ven? Eso es una metáfora. La caída del chalé de Aida evoca otras caídas morales que quizá no podrían contarse de otro modo.
Bien pensado, los 500 folios periciales podrían constituir a su vez una alegoría, o sea, una metáfora continuada, pues al hablar durante tanto rato de informes que, a pesar de no existir, costaron 1.000 millones están parodiando un discurso político que cuesta mucho, aunque no vale nada.
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