El hombre dado por muerto y metido en una cámara frigorífica, sale del coma y mejora ligeramente
Rafael Guardiola Escámez, agente comercial de 52 años, dado por muerto por los médicos en el hospital comarcal de Elda (Alicante) y metido en una cárnara frigorífica del depósito de cadáveres del mismo, donde fue encontrado con vida dos horas después, ha salido del estado de coma en el que se encontraba desde el pasado 10 de marzo y ha experimentado una "ligera mejoría", según un portavoz de la familia.Guardiola, que se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), está en estado de inconsciencia pero todas sus constantes vitales están activas. "El cerebro no reacciona, abre los ojos al tocarlo o hablarle, pero no reconoce a nadie", dijo ayer su sobrino, Francisco Ortega.
El Juzgado de Instrucción Número 2 de Elda ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias en que se produjo el supuesto fallecimiento del paciente. La juez Concepción González, que ha decretado el secreto judicial, persigue esclarecer por qué no existe una documentación completa sobre el modo en que se produjo la supuesta muerte de Guardiola y la razón por la que se decidió el inmediato depósito del cuerpo en la cámara frigorífica.
"Después de 15 días sólo pretendemos que se recupere", manifestó el portavoz familiar. "Hay un juez que ha abierto el caso y nosotros no acusamos a nadie ni de falta ni de negligencia, aunque queremos averiguar qué es lo que pasó", agregó.
Guardiola fue dado por muerto por los médicos que le atendieron de urgencia, con un cuadro de infarto de miocardio con parada respiratoria.
El pasado día 10, Guardiola sufrió un desmayo después de comer, mientras bajaba en el ascensor de su casa acompañado por su hijo. El paciente fue ingresado en la sala de urgencias del hospital de Elda poco antes de las cuatro de la tarde. Los médicos intentaron reanimarle con todos los medios a su alcance, pero el enfermo no reaccionó. Su corazón se paró, el monitor informó de un encefalograma plano y los especialistas determinaron que estaba clínicamente muerto.
Media hora después se comunicó el fallecimiento a la familia, a la que se le prohibió verle hasta transcurridas 24 horas.
"Nosotros hicimos todas las gestiones para que los trámites del levantamiento del cadáver y el certificado de defunción se agilizasen para poder ver antes a mi tío", dijo ayer Ortega. La familia buscó a la juez de guardia y logró que se le permitiera ver al supuesto fallecido. Y fue el juez quien descubrió que todavía estaba vivo.
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