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La derecha actúa con modestia para no Suscitar demasiadas expectativas

Los dos partidos de la oposición de derecha, con cerca del 40% de los votos, destacaron anoche la hecatombe socialista mucho antes que el avance de las dos formaciones conservadoras (RPR y UDF). La "modestia" de la derecha, claramente victoriosa, busca amortiguar las grandes expectativas de la población en una solución rápida de los problemas económicos, sobre todo el desemplo.

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En la rue de Lille, a un tiro de piedra de la Asamblea Nacional, alrededor de cien hombres y mujeres de la prensa, la radio y la televisión, esperan desde hace dos horas la llegada de los responsables del partido Agrupación para la República (RPR). Son las ocho y media de la noche, los primeros sondeos ya han dado cuenta de la hecatombe electoral del Partido Socialista y en la sede parisina de la formación conservadora ya hace una hora que corre el vino.Antes de las nueve, ha llegado el ex ministro Charles Pasqua precisamente cuando Jacques Chirac, presidente del RPR, lanza su mensaje desde su casa de campo de Ussel. Como suele hacerlo en el Ayuntamiento de París a diario, Chirac se sitúa ante una chimenea gigante, el rostro encendido por el resplandor de las llamas: "Los resultados dan una victoria neta de la oposición y una muy amplia mayoría. Es necesario tener prudencia, determinación y sobre todo mantener la unión para ganar el próximo domingo 28". Pasqua hace mutis por el foro y desaparece de la rue de Lille. Toca al secretario general del RPR, el ex ministro Alain Juppé, atender a la televisión.

Todos los discursos de la derecha, confirmada su victoria con cerca del 40% de los votos, parecen calcados en su moderación. Pero esta noche, sólo un hombre, sobre todo un hombre del centroderecha, hará un balance honesto. Dice el ex presidente de la República y líder de la UDF (Unión para la Democracia Francesa), Valéry Giscard d'Estaing: "Es un resultado esperado. El fin de la gestión socialista pero la abstención y dispersión del voto nos muestran que ante todo ha habido una caída del PS".

Giscard también consagra la filiación del futuro primer ministro de Francia: "El partido que entre nosotros, RPR y UDF, se situe en cabeza tendrá, lógicamente, que sugerir al primer ministro".

Giscard d'Estaing no pide, como tampoco Chirac, la dimisión de François Mitterand. Ninguno de los dirigentes del RPR que van desfilando por la rue de Lille se atreve a alejarse del libreto convenido. ¿Debe irse Mitterrand? "Es su problema?" contesta Giscard d'Estaing. "¿No pide usted que se vaya?". "No", dice el ex presidente.

Nicolas Sarkozy, otro hombre importante del RPR, se limita a responder que Mitterrand "debe extraer las conclusiones de este rechazo al PS". A estas alturas, al compás de la derrota humillante de los principales dirigentes socialistas, se hace evidente que las figuras públicas del RPR y la UDF salen elegidos en la primera vuelta: Chirac, Giscard, Madelin, Seguin, Balladur, Alphandéry, Juppé...

Mientras, Edouard Balladur, el favorito para el puesto de primer ministro del Gobierno que puede formarse el 2 de abril, ya está casi interpretando su futuro papel. "La situación de Francia es muy complicada. Aún es necesario un esfuerzo para asegurar la amplia mayoría el próximo domingo", dice.

Cuando Juppé hace finalmente su entrada en la rue de Lille, una nueva ronda de vino, ensaladas y tarta de manzana circula entre los chicos de la prensa. Juppé recita el mensaje ya aprendido de memoria. "La situación económica de Francia es extraordinariamente dificil, no se pueden esperar resultados inmediatos. La situación mundial es muy complicada", añade.

Juppé rehusa hablar de la división y pelea interna entre la UDF y el RPR. "Los problemas de la posición ante Europa y Mastricht ya están resueltos. Tuvimos nuestros euroescépticos, pero aceptaron nuestro programa", explica.

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