El edificio Corea no necesita ser desalojado, según los inquilinos
Los inquilinos del edificio Corea no están dispuestos a desalojar sus casas para permitir a la propiedad que rehabilite las viguetas que pudieran estar afectadas de aluminosis (enfermedad del cemento aluminoso). Ésta es la respuesta que ha dado la junta rectora de la asociación de vecinos a la oferta de rehabilitación realizada a mediados de febrero por Constructora de Viviendas, SA, propietaria de este edificio del final de la Castellana -una manzana entera- de 594 viviendas y 86 locales comerciales.
La oferta, concretada posteriormente en un escrito del 8 de marzo pasado y que difundió ayer Europa Press, consiste en desalojar las viviendas durante seis meses para hacer la rehabilitación cuanto antes y poder acogerse a las subvenciones oficiales. Un ofrecimiento que la junta rectora vecinal ve como un auténtico caramelo envenenado. "Una vez que abandonemos nuestras casas no podremos controlar qué hacen en ellas. Podrán venir a demostrar que hay riesgo inminente de hundimiento o provocarlo, y entonces, al día siguiente, nos echan a todos, que es lo que persigue la propiedad desde hace tiempo con fines especulativos", argumenta Antonio Díaz Canel, de la junta rectora de Aicam-3, la asociación que representa a la mayoría de los inquilinos del edificio, construido en 1953 por el Estado.
Informes contradictorios
El rechazo de la oferta de rehabilitación parte, además, de la idea de los inquilinos de que está por demostrar su propia necesidad. La asociación desconfía de los informes técnicos encargados por la propiedad y que demuestran la presencia de aluminosis. "Los informes encargados por nosotros dicen lo contrario", explica Luis Fernando Aguirre, también miembro de la junta rectora de la asociación.La mayoría de los de este edificio están sujetos a contratos de alquiler indefinidos, anteriores al decreto Boyer, por lo que pagan a la propiedad rentas muy inferiores a las que establece hoy el mercado inmobiliario. La oferta de la propiedad prevé ir desalojando sucesivamente y por seis meses cada uno de los 18 portales del edificio, alojando a los inquilinos en casas de otros portales al mismo precio.
"¿Por qué mantiene [la propiedad] 70 pisos vacíos, sin alquilar?", pregunta el informe remitido por la asociación a todos los inquilinos. "Hace cuarenta años, este edificio estaba a las afueras de Madrid", razona Díaz Canel. "Ahora vale muchos millones. Sabemos hasta de la existencia de una maqueta que erigía cuatro torres en este sitio". Las acusaciones de especulación han sido siempre rechazadas por Constructora de Viviendas, SA.
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