Vladímir Meciar hace frente a su peor crisis de gobierno desde la creación de Eslovaquia

El fervor de la fiesta nacionalista de Eslovaquia, país independiente desde enero pasado, se ha transformado en un caos y el recién estrenado Gobierno se enfrenta a una profunda crisis política por la salida de dos ministros del Gabinete, críticos hacia el primer ministro, VIadímir Meciar. Las presiones de Meciar lograron ayer que el presidente de la República, Michal Kovac, destituyera finalmente al ministro de Asuntos Exteriores, Milan Knazko, la única voz disidente del Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS), en el Gobierno.

Por su parte, el jueves renunció el ministro de Economía, Ludovit Cernak, que denunció los "métodos autoritarios" de Meciar y advirtió que él no se podía hacer responsable de la catastrófica situación de la economía eslovaca que calificó como "un automóvil viejo al que no le queda combustible". Cernak, jefe del Partido Nacional Eslovaco (SNS), era el único miembro del Gabinete que no pertenecía al partido de Meciar, el HZDS.

Con la salida de estos dos ministros, el líder populista eslovaco ha logrado finalmente un Gabinete monopartidista, sin disidencias ni críticas. Sin embargo, las maniobras que han conseguido unanimidad en el interior del Gobierno amenazan con desestabilizar la situación política del país, ya que el partido del primer ministro perdió la mayoría absoluta en el Parlamento donde hasta ahora contaba con 74 de los 150 escaños.