¡Dales caña, Dorrego!
Al grito de "¡dales caña Dorrego!", un senador del PP subrayaba el regocijo que produjo en su grupo un incidente entre el presidente del Senado, Juan José Laborda; el senador del CDS por Ávila Juan José Dorrego, y el portavoz socialista, Jaime Barreiro. Los socialistas habían admitido una moción del senador centrista para contar con las comunidades en la puesta en marcha del Plan Director de Infraestructuras. La moción del CDS contenía un preámbulo en el que se criticaba la postura del partido socialista en 1987 en este terreno.A la hora de votarla se creó confusión sobre qué párrafos de la moción tenían que ser sometidos a la Cámara. Laborda dijo que no entendía el pacto; los populares rieron desde sus escaños; Barreiro, portavoz del PSOE, les recriminó su actitud, y José Miguel Ortí Bordás, presidente del Grupo Popular, replicó que no eran ellos los causantes de la confusión y que se alegraba de que el presidente del Senado parecía apuntarse al PP. Arreciaron los pateos y las risas en los escaños populares, y resonó la voz de un senador que gritó "¡Dales caña, Dorrego!". Laborda zanjó la ironía de Ortí Bordás en términos poco dudosos: "Preferiría ingresar en un hospital que en el PP".
Dos horas de lectura
El Senado consumió más de dos horas de lectura, casi ininterrumpida, por parte de los distintos portavoces, en la presentación de las mociones de los distintos grupos. La costumbre generalizada, y casi sin excepciones, por parte de los parlamentarios, de subir a la tribuna para leer textos previamente escritos, somete el debate y la confrontación parlamentaria a una auténtica eutanasia activa, a golpe de lectura de folios.
Cuando esto no ocurre, son frecuentes las sorpresas dialécticas. El senador de Esquerrá Nacionalista Valencia Miquel Ramón i Quiles se adentró en la actualidad de las Fallas y trató de explicar que en estos días en su tierra suenan muchas tracas y que el consenso forma parte del talante de los ciudadanos de aquella comunidad, pero fue tan críptico que no fue posible entender la relación entre pólvora y diálogo.
Convergéncia Democrática rechaza la iniciativa de Unió Democrática, su socio de coalición en Cataluña, de presentar en solitario seis enmiendas a la propuesta de reforma del reglamento del Senado en las que defiende la ampliación del derecho a usar el catalán y el resto de las lenguas cooficiales, en la Cámara alta. El anuncio del PNV e IU-IC de que apoyarán las enmiendas aboca a CDC a una situación inesperada: votar en contra junto al PSOE y, quizás, también del Partido Popular.
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