España, prácticamente decidida a abandonar los programas espaciales tripulados europeos
Los representantes de los 13 países miembros de la Agencia Europea del Espacio (ESA) se reunirán el próximo día 24 en París para fijar su contribución a los dos programas espaciales tripulados europeos, el laboratorio Columbus y los proyectos a que quedó reducido el transbordador Hermes tras la última reunión de alto nivel en Granada. La propuesta española, salvo cambios de última hora, será anunciar una contribución nula a ambos programas, lo que quiere decir que los abandona, a cambio de pagar el resto de su contribución al organismo internacional.
La contribución de España a ambos programas se cifra en aproximadamente 3.700 millones de pesetas anuales en los próximos tres años. Según fuentes del Centro para el desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), donde reside la delegación española en la ESA, la decisión no está todavía tomada al más alto nivel político, España puede no ser el único país que adopte esta decisión, y en todo caso el consejo de los días 24 y 25 va a ser "muy movido". Según otras fuentes de la industria afectada por este abandono, la decisión se ha tomado hace varias semanas y, se debe a 'falta de dinero" y a que la ESA no ha dado la solución que el ministro Aranzadi quería a los pagos afectados por la devaluación de la peseta. Es la segunda vez en pocos meses que el Ministerio de Industria decide recortar gastos a costa de programas internacionales de alta tecnología. El primer recorte se dio en forma de una suspensión unilateral temporal del pago al Laboratorio Eluropeo de Física de Partículas (CERN).En este caso, España optaría por salirse definitivamente de programas de la ESA de los llamados no obligatorios, en los que la participación es voluntaria. La salida de España desequilibraría la ya precaria situación del programa Columbus, en el que España anunció en Granada que participaría con un 3% frente al 6% anterior. Los gestores de la ESA han hecho un recorte del 5% en el presupuesto total para conseguir cubrir un 95% de las aportaciones, mínimo para sacar adelante el laboratorio, que la industria debería empezar a construir este mismo año. Si España se retira, otros países que ya habían manifestado reticencias pueden hacer lo mismo.
La "Freedom', también
La salida de España no es el único problema al que se enfrenta el Columbus. La estación espacial estadounidense Freedom, a la que quedaría enganchada el laboratorio, está pendiente de los recortes presupuestarios anunciados por el presidente Clinton y puede sufrir una drástica reducción en su tamaño y un alargamiento en los plazos. En esta situación, la reunión del consejo de la ESA los próximos días 24 y 25 de marzo, que debe decidir, por mandato de los ministros, la definitiva participación de cada país, se presenta polémica."En todo caso, lo lógico sería esperar y ver, y no que España muestre sus cartas", afirma Álvaro de Azcárraga, director general de Sener Espacio, una de las empresas españolas afectadas. Azcárraga cree que el ahorro que supondría el abandono es muy pequeño, desproporcionado para el perjuicio que va a causar.
Los directivos de las empresas españolas afectadas, entre ellas CASA, Crisa y GMV, además de Sener, han hecho llegar a Presidencia del Gobierno un informe sobre las repercusiones sociales, políticas y económicas de la decisión de abandonar el Columbus y el Hermes. En su escrito, la industria recuerda que el dinero invertido en estos programas vuelve al país en forma de contratos a las empresas españolas y que hasta ahora se había logrado un retorno industrial del 100% en los programas de la ESA, fruto de los esfuerzos de la propia Administración en el desarrollo previo de estos mismos programas y en otros.
El efecto económico inmediato, recuerda la industria, es la pérdida de las inversiones realizadas hasta la fecha en estos programas, no sólo dentro de la contribución española a la ESA, sino también en programas españoles de investigación y desarrollo como el PEIN. La pérdida de competitividad de la industria española afectaría a otros programas espaciales, como el Hispasat, Eutelsat e Intelsat y provocaría a largo plazo un empeoramiento de la balanza de pagos española, al tener que importar tecnología espacial de otros países.
El interés científico de los programas también es importante, afirman los representantes empresariales. Además del coste social, cifrado en 200 empleos, se recuerda la repercusión pública de la selección por parte de la ESA del astronauta español Pedro Duque.
Proyectos ambiciosos
En cuanto a repercusiones políticas, se dice en el informe: "Por una parte, se incide en la necesidad de apoyar la investigación como medida inmediata para atenuar los efectos de la crisis económica general y al mismo tiempo se cancelan dos proyectos de investigación y desarrollo entre los más ambiciosos del ámbito europeo".La salida de España se contradice con las esperanzas del Gobierno español, aireadas repetidamente por responsables del Ministerio de Industria y Energía, de conseguir para empresas españolas la responsabilidad de la construcción de un vehículo automático, el ATV, previsto en el programa Hermes, en el que España había anunciado una contribución del 4,5%. También se pretendía conseguir el sistema de guiado, navegación y control automático de un vehículo de atraque automático pensado para el rescate de astronautas de la estación Freedom.
El laboratorio y una plataforma polar no tripulada de observación de la Tierra -que no está en discusión- son lo que queda del ambicioso proyecto Columbus de la ESA. El laboratorio tendría 12 metros de largo por 4,5 metros de diámetro, diseñado para que los científicos pudieran trabajar en experimentos de microgravedad y biología. La crisis ha afectado también al transbordador Hermes, cuyo aterrizaje estaba previsto en Almería. El programa Hermes ha quedado reducido hasta 1995 a los estudios de varios proyectos inconexos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.