Erasmus: la beca invisible
Señor director, sirvan estas líneas de aviso a los actuales y futuros erasmistas. Un estudiante universitario recibe una beca Erasmus para permanecer un curso completo en una Universidad europea, y a pesar de la escasa cuantía económica de la misma decide aceptarla. Seguramente le mueven ganas de conocer a fondo otra lengua y otro país y otra ciudad, y la condición de estudiante pobre lejos de casa no le preocupa. Lo que no sabe el optimista es que la ridícula cantidad que le corresponde mensualmente (poco más de 20.000 pesetas) tardará en llegar (con suerte el pago no se hará efectivo jamás por inanición y seguramente su pago no se hará efectivo jamás en su totalidad).Este es mi caso y el de centenares de estudiantes españoles que el año pasado gozaron de la europeizante beca Erasmus: Bruselas ha pagado, pero no el Ministerio de Asuntos Exteriores, es decir, nuestro Estado (que se ha sentido menos europeo y más made in Spain); parecer ser que otras cuestiones apremian más, como la compra de la colección Thyssen, pues el alarmante paro aún no preocupa en exceso y el estudiantil (que es de un 99% o casi) ni se menciona.
Así pues, por estas fechas, para información de los interesados, que me consta son muchos e impacientes, nuestro dinero (previamente gastado de nuestros bolsillos multiplicado por cuatro) se encuentra retenido en Hacienda, o al menos eso me han comunicado telefónicamente. Esperaremos, y tal vez nunca cobraremos, aunque el Estado seguirá confiando en la subvención familiar al estudiante, y es ahí donde las políticas universitarias se equivocan. Becas escuálidas o invisibles, van a tenerlo difícil para_europeizar este país.-
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