Violencia, el cáncer que destruye Córcega
Los partidos coinciden en la necesidad de una solución, pero difieren en el método
Poner fin a la violencia es el denominador común del programa electoral de todos los partidos de Córcega. La derecha, que gobierna desde 1984 la llamada Isla de la Belleza, asegura que una vez expulsada la izquierda de París el diálogo será más fluido y podrá iniciarse la reconstrucción, siempre que los nacionalistas pongan fin a la violencia política. Para estos últimos, "no hay mayor violencia que privar a un pueblo de su identidad", y mientras no se reconozcan los derechos de la nación corsa será imposible hablar de paz.
Con apenas 260.000 habitantes, Córcega languidece en el Mediterráneo acosada por una terrible crisis económica y un derramamiento de sangre que nadie sabe muy bien de dónde procede. En 1992 fueron asesinadas 40 personas; en los primeros 45 días de este año son ya ocho los homicidios. Una sociedad basada en el código del honor, una historia, de conquistas y un bandolerismo que fue el orgullo nacional (durante el siglo XIX parecen los orígenes más lejanos. La guerra de resistencia desatada por el Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) a principios de la década pasada, las estribaciones de la Mafia y una fuerte delincuencia común agravada por el paro y la falta de expectativas aparecen como las razones más inmediatas.Nicola tiene 54 años, ha pasado 32 trabajando en el campo y ahora sobrevive con su paga de jubilado. %Para qué vamos a cultivar si se importa todo (del continente más barato? Los tomates tienen el mismo precio que hace 15 años". A Nicola no le importan estas elecciones, aunque ha decidido que votará por los nacionalistas, "porque los otros nunca han hecho nada por Córcega".
El 80% de lo que consumen los isleños es importado. La agricultura desaparece, la incipiente industria no despega y lo único que produce es el turismo, pero al ser estacional, de julio y agosto, no permite grandes inversiones, ni salir adelante airoso en tiempos difíciles. La población, bastante envejecida, encuentra. en la Seguridad Social la. principal fuente de ingresos.
Córcega, con 8.722 killómetros cuadrados de extensión y a 180 kilómetros de distancia a la costa continental francesa-ala italiana, 83-, tierra natal de Napoleón Bonaparte, integrada en el imperio francés en noviembre de 1789, tiene cuatro escaños de los 577 de la Asamblea Nacional.
José Rossi, candidato a la reelección por la Unión para la Democracia Francesa (UDF), considera que ha llegado el momento de la reconstrucción, pero que ello exige poner fin a la falta de respeto generalizada a la. ley. "Hay que construir con licencia, pagar los impuestos Y dejar de apoyar a la clandestinidad". Rossi afirma que no, se puede culpar a París de todos los males que atenazan la isla y que: hay que "buscar conjuntamente" soluciones que después se podrán plantear al Gobierno francés. Para Rossi lo primero que hay que hacer es acabar con el "culto a la armas", tanto a nivel social como político. "Es inadmisible que los nacionalistas apoyen la lucha armada", concluye.
"Desgraciadamente, hace falta que estalle una bombita de vez en cuando para que a París le piquen las orejas ", dice Alain Orsoni, líder del MPA (Movimiento para la Autodeterminación de Córcega), cuyo brazo armado es la rama escindida en 1991, sector oficial, del FLNC. El MPA, de ideología liberal y con un respaldo del 9% en las elecciones de marzo de 1992, es cada día más remiso a la utilización de la violencia política, pero prefiere guardarse esta carta mientras Francia mantenga una "política colonial que pasa por la negación de la identidad corsa".
El sector duro del FLNC es el histórico, que se apoya políticamente en Cuncolta Naziunalista, integrada en la coalición nacionalista más importante, Corsica Nazione. Precisamente el respaldo de Corsica Nazione al FLNC(h) provocó meses atrás una nueva escisión entre los nacionalistas. El ANC (Autodeterminación Nacional de Córcega), un partido izquierdista minoritario, abandonó la coalición por considerar que "obedece las leyes del FLNC(h)". "Nosotros defendemos un apoyo condicional a la violencia política pero Cuncolta Naziunalista sostiene un respaldo incondicional", afirma Olivier Jehasse, responsable cultural del ANC.
En 1992, Córcega sufrió 569 atentados, de ellos, sólo un centenar reivindicados, 40 asesinatos, 250 atracos a mano armada y un considerable aumento de la delincuencia menor y de la drogodependencia. Todo ello revela un profundo descontento en la sociedad, que asiste al debate electoral de estos días con muy poco entusiasmo y con una total falta de confianza en que las elecciones sirvan para algo.
Claude Olivesi, vicerrector de la Universidad de Córcega, señala que la situación actual de la isla es "un círculo vicioso en el que la falta de una construcción económica alimenta la violencia, mientras que la violencia impide el desarrollo económico". Olivesi, de 35 años, atribuye esta crisis social a la falta de un "valor central de cohesión que movilice las energías". En ese sentido es muy crítico con París que al negar una autonomía a Córcega impide su desarrollo.
El paro alarmante y la aparición, por primera vez en décadas, de bolsas de miseria siembran un claro pesimismo entre una población que se pregunta para que votar si al final reelegirán a Jean Paul de Rocca Serra, de 81 años y líder de la derechista Asamblea para la República (RPR).
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