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A tanto la hora

Las empresas de trabajo temporal dieron empleo a 100.000 personas sin estar reguladas

Estaban y no estaban. Carecían de amparo legal, pero se anunciaban en las páginas amarillas e incluso Hacienda asignó un número del IAE específico para ellas -el 849.6-. Ellas son las 200 empresas de trabajo temporal que actúan en España desde hace años y que el viernes pasado recibieron un espaldarazo al anunciar el Gobierno un decreto ley para legalizarlas. La crisis ha multiplicado por tres el número de personas que se apuntan en estas oficinas privadas de colocación en busca de trabajo. De ellas, 100.000 encontraron algún tipo de trabajo el año pasado.

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Un día les pidieron un pesador de cerdos y lo encontraron. En otra ocasión les solicitaron un vacunador de pollos, y también lo hallaron. Son anécdotas de las demandas de empresas que buscan determinados tipos de trabajadores a través de las empresas de trabajo temporal (ETT). Pero lo normal es que los trabajadores más solicitados por los clientes sean requeridos para tareas administrativas.Actualmente hay más de 200 empresas de trabajo temporal funcionando en España. De ellas, 50 forman parte de la asociación Geesta y facturaron el año pasado 40.000 millones de pesetas. El presidente de Geesta, y también de la empresa Alta Gestión, Javier Benavente, explica así qué son las ETT: "Son empresas que contratan temporalmente a trabajadores en sus plantillas y los ponen a disposición de terceros. Las empresas de trabajo temporal les pagan el sueldo, les dan de alta en la Seguridad Social y se hacen cargo de los gastos de reclutamiento, selección y formación si es preciso", añade. Las tres multinacionales que operan en España -Aida, Manpower y Ecco- y otras compañías como Laborman, Cemetra, Cadegesa, ETT, SOS, Human Group o Tisa también pertenecen a esta asociación.

Las ETT grandes dicen tener unas 2.500 empresas clientes y, como mínimo, unas 3.000 personas en el fichero de demandantes de empleo. Cuando las ofertas de empleo han disminuido por efecto de la crisis, el número de trabajadores dispuestos a emplearse de esta forma se incrementa. "Se ha multiplicado por tres el número de currículos que recibimos", comenta el directivo de una empresa. ¿Cuánto cobran los trabajadores por este sistema? Una secretaria de dirección suele percibir unas 1.900 pesetas por hora trabajada; un delineante, 2.000; un grabador de, datos, 1.450; un telefonista, 1.300, y un mozo de almacén, 1.350, por ejemplo. En el escaparate de una oficina de Ecco, una especie de tienda de trabajo, se solicita un frigorista, un conductor de camión y un comercial.

El año pasado unas 100.000 personas trabajaron en España a través de una empresa de trabajo temporal. "Aproximadamente el 35% de la gente que enviamos a trabajar es contratada después por la empresa cliente", calcula el presidente de la asociación. Seis de cada diez personas que colocan son mujeres, y siete de cada diez tienen menos de 25 años, según sus datos.

Estos dos requisitos los cumple a la perfección Raquel Polo, una recién licenciada en derecho de 22 años que no ha vuelto a pedir dinero a sus padres desde que se apuntó, cuando tenía 19 años, a una "agencia", como llaman los trabajadores a las ETT. Desde entonces la han llamado unas 50 veces para trabajar, siempre por periodos cortos y en multinacionales o empresas públicas. También se registró en una oficina del Inem durante un año. "pero no me llamaron para nada".

No todo es tan perfecto en otras empresas, aunque los trabajadores, a pesar de las quejas, reconocen que les han permitido encontrar ocupación. Javier Benavente habla sólo por las 50 ETT asociadas a Geesta; "a las demás no las podemos controlar, aunque nos consta que algunas, que no han solicitado entrar en la asociación, funcionan perfectamente", comenta.

Denuncias de trabajadores

La primera característica de una ETT se supone que es que recluta personas requeridas para aliviar una punta de trabajo. Pero A. A., casado y con un niño, estuvo más de dos años trabajando sentado en la misma silla de una importantísima entidad financiera y cobrando por hora trabajada de una empresa de trabajo temporal, cuyo nombre prefiere no revelar. Recuerda que "eran unos golfos y la Seguridad Social nos la teníamos que pagar a medias".J. L. llegó a este sistema como todos, después de buscar empleo por los cauces habituales. Al día siguiente de apuntarse lo mandaron a trabajar a una sociedad conocida en todo el mundo. De eso hace ya dos años y medio, y sigue así. La primera denuncia de este padre de tres hijos es que "cobramos por nómina hasta un tope de 100.000 pesetas, y el resto por recibos de gastos justificados, viajes o dietas. Encima, las vacaciones que me cojo las pago de mi bolsillo". Llevar tanto tiempo en esta situación le produce una sensación un tanto kafkiana. "Mis jefes, mi horario y mis amigos son de la empresa en la que trabajo, pero me pagan otros".

En principio, estas compañías nunca dicen no a una petición de una empresa. Este periódico llamó a una ETT al azar y solicitó un médico para trabajar 15 días en un clínica privada. "Ahora no tenemos ninguno en el fichero, pero si usted conoce a uno y no quiere hacerle un contrato, nos lo envía y nosotros lo contratamos y le damos de alta en la Seguridad Social", explicó la señorita al otro lado del hilo telefónico. "¿Precio de un médico?, más o menos 3.500 pesetas la hora", contestó.

Tampoco dicen no a los sin empleo. De nuevo al azar, EL PAÍS llamó a otra de las 30 agencias que se anuncian en las Páginas amarillas ofreciéndose como enfermera para su fichero. "No es que tengamos grandes ofertas de ATS", reconoció una amable encargada. Ante la apremiante necesidad de encontrar un empleo, esta ficticia ATS en paro pidió consejo y se lo dieron. "Lo que más nos solicitan son los trabajos de carácter administrativo".

Los responsables de las ETT explican que las empresas públicas son, junto con las multinacionales, sus mejores clientes. Clementina buscó trabajo al estilo tradicional durante seis meses sin éxito. Un día escribió a una empresa de este tipo sin saber lo que era y ya lleva ganándose la vida por esta fórmula cuatro años, tres de los cuales los pasó en una empresa con una parte de capital público. Las ocho personas que integraban su departamento estaban en la misma situación. ¿Motivo? La empresa había convocado oposiciones, pero como el sistema de exámenes públicos es lento, cubrieron las plazas recurriendo a una empresa de trabajo temporal. Tres años después llegaron los opositores.

Según Clementina, la agencia cobra a la empresa contratante un 50% más de lo que ella percibe. Esta madre de familia reconoce que su situación se puede ver desde distintos puntos de vista. Pero le compensa. "No tengo muy claro sí es legal o no, pero conmigo sí lo han sido", comenta antes de conocer que el Gobierno ha legalizado ya las ETT. Y añade: "A lo mejor, un sindicalista me pondría verde, y yo lo comprendería. Pero él no va a venir cada día a casa a traerme 5.000 o 10.000 pesetas, que es lo que necesito".

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