La aventura de un pintor español en las Torres Gemelas

Bemardo Sanjurjo, pintor asturiano que ha colgado sus cuadros en salas de ciudades europeas y ha expuesto en Nueva York, y su esposa Françoise, fueron dos de la veintena de personas que se encontraban en la terraza del World Trade Center neoyorquino cuando se produjo el atentado de las Torres Gemelas.Después de unas cuatro horas de intenso frío en las alturas del rascacielos, Sanjurjo y su mujer lograron bajar los miles de escalones hasta la calle. Emplearon más de una hora en el trayecto.

Junto a ellos, ayudados solamente con la luz de la linterna de un llavero que poseía uno de los afectados, bajaba un grupo de niños cuya monitora entretenía a ratos con una tabla de gimnasia para que olvidasen su angustia. El pintor, español, de unos cincuenta años y cabellera totalmente canosa, salió del edificio con el pelo completamente negro por el polvo y el humo que se respiraba en la escalera.

Sanjurjo se encontraba en Nueva York como componente de un grupo de profesores y alumnos de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Oviedo, de la que fue director, en visita a las escuelas similares que allí funcionan.

Según comentó ayer el jefe de la expedición y actual director de la escuela Ildefonso Granda, a su paso por Madrid de regreso a Asturias, la mayoría de los treinta participantes en el viaje de estudios no se enteró de los problemas de Sanjurjo y su mujer hasta pasadas varias horas. Mientras la pareja descendía de las alturas del edificio más alto de Nueva York sus compañeros de viaje se hallaban de visita en uno de los centros docentes objeto de la excursión.

Como consecuencia del atentado, el World Trade Center ha sido cerrado por tiempo indefinido, según informó ayer el diario The New York Times al citar fuentes del ayuntamiento neoyorkino, que aseguran que "las torres son estructuralmente sólidas pero los sistemas de seguridad han sido perturbados". Esta medida obligará a las empresas que tienen oficinas en el interior del rascacielos a trasladarse temporalmente a otro lugar.