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El FBI monta una gran redada antiterrorista para identificar a los autores del atentado neoyorquino

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, prometió ayer aportar todo su esfuerzo para ncontrar a los responsables de la explosión ue el viernes causó la muerte de cinco personas en las famosas torres gemelas de Nueva York y provocó el pánico en un país que no conoce un atentado terrorista desde hace 18 años. El FBI montó una gran redada antiterrorista para encontrar a los autores, y entre las hipótesis barajadas figura la autoría serbia o iraquí. El gobernador del Estado de Nueva York, Mario Cuomo, declaró que ha quedado casi absolutamente descartada la posibilidad de un accidente.

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En un mensaje radiofónico a la nación, el presidente Clinton afirmó que se ha encargado personalmente, en contacto con el gobernador Cuomo, de asegurarse que todos los servicios de seguridad norteamericanos están colaborando en la investigación del atentado. "Trabajando juntos averiguaremos quién está implicado y por qué ocurrió", afirmó.Marlo Cuorno manifestó que "una tragedia de esta magnitud" no pudo ser causada "en absoluto" por un accidente, como se pensó en un principio, aunque la policía no dispone todavía de todos los datos para facilitar un informe oficial de lo ocurrido. Expertos del F131 y de la policía de Nueva York han mencionado el uso de un coche bomba como el sistema que, con más probabilidad, fue utilizado por los responsables de la acción, aunque el método no ha podido aún ser identificado con certeza.

El jefe de la policía neoyorquina, Raymond Kelly, manifestó ayer en una conferencia de prensa que la explosión en las torres del World Trade Center fue causada con "toda probabilidad" por una bomba terrorista.

Bill Clinton, que hizo de la seguridad en las calles uno de los principales temas de su campana electoral, aseguró que el Gobierno hará todo lo que esté en su mano "para garantizar la seguridad en las calles, en las oficinas y en los hogares".

Este atentado, que ha impactado, por su espectacularidad y la fama del lugar en el que ocurrió, más que ningún otro de los que se hayan podido registrar en EE UU, refuerza la impresión sobre el enorme peligro al que se enfrentan diariamente los habitantes de las grandes ciudades de EE UU.

La policía informó ayer que habían sido recibidas varias llamadas de personas que se atribuían la explosión en nombre de diferentes grupos, aunque ninguna de esas reivindicaciones tiene todavía suficiente credibilidad como para que sea hecha pública. Una emisora local, citando fuentes policiales, dijo que los investigadores trabajan en la pista de una llamada en nombre de un Frente de Liberación de Serbia.

Entre las hipótesis sobre las que se investigan está el hecho de que Estados Unidos decidió recientemente tener un papel más activo en la guerra de Bosnia y que su posición ha sido marcadamente favorable a la comunidad musulmana de ese país.

El líder de los serbios bosnios, Radovan Karadzic, que ayer tenía previsto llegar a Nueva York, para participar el lunes en una nueva ronda de negociaciones sobre los Balcanes, manifestó que no cree que exista relación entre la guerra en Bosnia y la explosión en el segundo edificio más alto del mundo.

Otra de las pistas está relacionada con la coincidencia de que, justamente el viernes, se cumpliesen los dos años desde que Irak fue expulsado de Kuwait gracias a la guerra dirigida por las fuerzas norteamericanas.

La policía cre que, en todo caso, el atentado debió ser organizado durante bastante tiempo y exigió una considerable cobertura. Los datos de los que se disponía ayer permitían pensar que el coche-bomba iba cargado con una cantidad de, aproximadamente, 300 kilos de explosivo plástico. El único aspecto que hace dudar de la motivación política en el atentado es el hecho de que éste no fuera masivamente reivindicado en llamadas a periódicos y otros medios. Los investigadores piensan que el grupo terrorista que estuviera detrás de la matanza querría sacarle rentabilidad publicitaria a su acción.

Las Torres Gemelas, donde se aloja el World Trade Center estaban ayer rodeadas por un cordón de policías que protegían el trabajo de los detectives que buscaban cualquier pista sobre la que trabajar. Los cables eléctricos, que habían quedado al descubierto como consecuencia de la explosión, estaban protegidos por materiales especiales. Equipos de bomberos continuaban ayer con la tarea de acabar con los últimos reductos en los que existía un cierto riesgo de incendio. La nieve que ha caído en los últimos días sobre Nueva York sirvió para cubrir las cenizas del exterior del edificio, al que ayer también se acercaron los turistas, aunque con una curiosidad algo más macabra que en los recorridos habituales.

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