En el centro
Se diría que el austriaco Karlheinz Miklin está condicionado por el hecho de haber nacido en pleno corazón de Europa. Gusta de guarecerse justo en el centro, equidistante de cualquier estilo cerrado o tendencia concreta; toma de aquí y de allá, quizá para sorprender o quizá para disimular cierta desconfianza en su propia capacidad creadora. Tan ocupado está en picotear que nada parece afectarle demasiado. Las distintas influencias que se le observan le interesan por un instante pero, apenas le rozan, se alejan sin dejarle huellas aparentes.Esta falta de anclajes concedería enormes ventajas a un músico de verdadero talento, pero Miklin es un esmerado trazador de líneas rectas que elude complicaciones, aunque sean necesarias. Frecuenta casi toda la familia de los saxofones y añade color con las flautas. Con el tenor y el soprano se confiesa pariente lejano de la familia coltraniana, y con el alto recuerda a menudo al Eddie Harris de los simpáticos efectos electrónicos. Con las flautas es menos previsible, pero casi siempre acaba pintando con ellas los consabidos paisajes pastoriles envueltos en atmósferas vaporosas. Su faceta de compositor es igualmente tibia: seguramente nunca escribirá nada irritante, pero tampoco se debe esperar ningún rasgo original de su pluma.
Karlheinz Miklin Quartet
Karlheinz Miklin (saxofones y flautas), Fritz Pauer (piano), Ewald Oberleitner (contrabajo) y Gregor Hilbe (batería). Café Central. Madrid. Hasta el 28 de febrero.
Fritz Pauer toca con un aire más europeo. Consciente de su origen, cuando se inspira en pianistas americanos es en aquéllos que también han bebido en fuentes del viejo continente (ChIck Corea o Keith Jarrett). Su técnica es depurada y su inventiva una pizca apurada. El contrabajista Ewald Oberleitner, un dechado de prudencia y precisión, y el joven batería Gregor Hilbe, practicante de un swing atacado por ráfagas de percusión culta, se exceden felizmente en sus cometidos y adelantan con frecuencia a Miklin. A ellos se debe en gran medida que el público salga satisfecho de cada sesión.
Babelia
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