'Tangentópolis' o la moda de la corrupción
"Este último arresto aclara ulteriormente qué es tangentópolis", dijo ayer Massimo D'Alema, vicesecretario del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), ex comunista. Tangentópolis en italiano es el sinónimo de moda para la corrupción política, y deriva del término tangente que equivale a comisión ilegal o mordida.
"Se ha tratado de difundir la idea de que tangentópolis son sólo los partidos políticos y la realidad es que se trata de un sistema político y de poder basado en el pacto entre la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Socialista Italiano (PSI), por un lado, y, por otro, de una gran parte del mundo empresarial y de las grandes finanzas italianas", añadió el exponente de la izquierda.
La posición del ex secretario del PDS es compartida por la generalidad de las fuerzas políticas, que ahora lamentan el fuerte control de los grupos industriales sobre la prensa diaria, del mismo modo que la generalidad de los empresarios ha responsabilizado a la clase política de la grave crisis italiana.
"Tangentópolis es también la historia de la economía italiana, de la Industria italiana acostumbrada a trabajar más con propinas al régimen que con la competencia de mercado, exactamente como se hacía en los regímenes del Este", declaró el ex presidente de la República Francesco Cossiga.
Y Bruno Tabacci, un diputado democristiano implicado en el escándalo, afirma: "Era normal que los industriales sostuvieran a los partidos del Gobierno frente al peligro comunista. Pero en un cierto momento el sistema degeneró y los empresarios comenzaron a pensar en reservarse las adjudicaciones, destruyendo la competencia".
Lo cierto es que los investigadores escalan las cúpulas de los partidos del Gobierno al tiempo que las de las empresas: tras el escándalo del socialista Bettino Craxi, crece el número de notables democristianos reclamados por la Justicia.
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