Los embalses, prueba de fuego
El mejor examen a las declaraciones de impacto ambiental llegará muy pronto, de la mano de los numerosos embalses que contempla el Plan Hidrológico Nacional. Dos de ellos, el de Omañas (León) y el de Vidrieros (Palencia) -que tocan el hábitat del oso pardo-, son la prueba de fuego. Desde dentro del Ministerio de Obras Públicas y Transportes se reconoce ya que existen serías trabas para darles el visto bueno y que "en pocos días habrá más de una noticia a cuenta del impacto ambiental".Para ilustrar lo que considera un lavado de imagen, Santiago Martín Barajas, portavoz de la Coordinadora de Organizaciones para la Defensa Ambiental, pone como ejemplo otro embalse, el de Itoiz (Navarra), cuya declaración de impacto ambiental se ha aprobado, aunque introduciendo medidas correctoras en el proyecto. Y pone una pega más: las urbanizaciones, campos de golf y estaciones de esquí no están sujetas a este control obligatorio; sólo al arbitrio de las comunidades autónomas, que tienen competencias para exigir los estudiosa más obras que las recogidas en el decreto.
Por su parte, Domingo Jiménez Beltrán, director general de Medio Ambiente, admite que los proyectos urbanísticos debieran estar sujetos al control y anuncia que se va a revisar el reglamento para introducir más tipos de obras con revisión obligatoria. Martín Barajas destaca tres urbanizaciones hechas en los últimos años cuyo impacto ha sido "brutal": Isla Canela, en Huelva; Cumbres del Sol, en Alicante, y La Pinilla, en Segovia.
Jiménez Beltrán reconoce por último que no han sido muchas las obras definitivamente descartadas, "pero", matiza, lo importante no es eso; lo importante es la corrección y optimización de proyectos, que los promotores vayan haciendo suyo el respeto por el entorno desde el primer planteamiento de una obra; de hecho, los proyectos cada vez se presentan con mucho más rigor".
El alto cargo ministerial reconoce que hace tres años se lo tomaban como un trámite más, pero ahora han visto que "esto va en serio y me consta", dice, "que hay estudios de impacto ambiental que se están haciendo de una forma tan concienzuda que duran hasta un año".
