¿Por qué no hemos curado el cáncer?
Tras 20 años de esfuerzos se está "rozando el cielo", pero los mecanismos celulares se resisten
Continuamente surgen informaciones sobre posibles técnicas y sustancias eficaces contra el cáncer , las revistas científicas tienen en este conjunto de enfermedades sus mayores Filones y no hay empresa farmacéutica que se precie que no dedique a sus investigadores a esta área. La razón radica en que en el último decenio se han conseguido grandes logros en el conocimiento de los mecanismos básicos, en los niveles celular y genético, implicados en la aparición de tumores.
La impresión es que se está "rozando el cielo", que pronto tiene que llegar el gran descubrimiento, pero la verdad es que estos logros no se han traducido todavía en aplicaciones clínicas.
Pulgas a cañonazos
Para los enfermos, la batería de tratamientos se sigue basando en armas que pueden compararse a matar pulgas a cañonazos, aunque su eficacia ha aumentado considerablemente y, en algunos tipos de tumores, de forma espectacular. Esto se debe a la importancia dada a la detección precoz, junto a los resultados de investigaciones aplicadas que han permitido combinar de forma más precisa y eficaz técnicas de quimioterapia, cirugía y radioterapia.De forma experimental, únicamente se han aplicado en los últimos años tratamientos que entran en la terapia génica en combinación con la estimulación de las defensas naturales del individuo frente a la proliferación incontrolada de ciertas células característica del cáncer.
Un repaso de lo que se ha logrado en la década japonesa de lucha contra el cáncer permite recordar las grandes líneas de investigación básica en todo el mundo: identificar genes susceptibles de causar cáncer tras una mutación (oncogenes), identificar sustancias cancerígenas (sustancias presentes en los alimentos y en el ambiente, radiaciones), buscar virus sospechosos de causar algunos tipos de cáncer y probar su relación con la enfermedad y potenciar el sistema inmunológico del individuo para combatir el tumor antes de que se produzca la metástasis.
¿Por qué no hemos curado el cáncer?, se preguntaban recientemente los responsables de uno de los más prestigiosos laboratorios de biología molecular, el de Cold Spring Harbor (Estados Unidos) al realizar un repaso de lo logrado hasta ahora.
Hace ya 20 años que Estados Unidos inició su particular campaña contra el cáncer, y en 1980 la enfermedad mató a más estadounidenses que en 1960. Según el ya mítico James Watson, director del laboratorio y premio Nobel por ser codescubridor de la estructura en doble hélice del ADN, harán falta otros 20 años para que los avances en investigación básica se traduzcan en curas reales.
La pregunta siguiente es saber lo que ha fallado. Los científicos de Cold Spring Harbor creen que no se trata de fallos en el enfoque de la investigación, sino que se ha subestimado . la complejidad de los mecanismos celulares en todos los procesos de los seres vivos y, por tanto, en el cáncer.
El principal problema es que el cáncer no es una sola enfermedad, sino centenares o miles de enfermedades de distinto origen y desarrollo que se caracterizan por síntomas comunes en el nivel celular las células entran en un carrusel de divisiones que no se puede parar). "No va a haber ninguna bala mágica para el cáncer", dice el investigador Bruce Stillman. "No existe el equivalente a los antibióticos".
El investigador español Mariano Barbacid es tajante: "He llegado al convencimiento de que el cáncer sólo podrá ser definitivamente curado cuando conozcamos los mecanismos moleculares que hacen que células normales adquieran esa capacidad de proliferación desordenada que caracteriza a las células tumorales", escribió recientemente.
La base genética es importante. "Puede ser que hasta un 10% de los genes humanos se encuentren implicados en la proliferación celular", explica por su parte Mike Wigler, del ya citado laboratorio de Cold Spring Harbor.
Pero el aspecto genético es muy complicado, como han podido verificar personalmente los investigadores que, como Barbacid. se iniciaron hace años en el estudio de los oncogenes. El cáncer parece ser, según este investigador, el resultado de "una acumulación de mutaciones que en ciertos casos potencian el efecto de aquellos genes que controlan positivamente el crecimiento celular (protooncogenes) y en otros, que impiden el funcionamiento de los antioncogenes, cuyo papel es. el control negativo de dicho crecimiento". El número de mutaciones oscila entre dos y siete.
Más de una mutación
En el caso mejor estudiado, el cáncer de colon, se ha detectado que el proceso canceroso se debe a varias mutaciones y que su número es más importante que el orden en que se producen. Según los investigadores Eric Fearon y Bert Volgenstein, la primera mutación, que puede ser heredada, causa una proliferación excesiva de las células epiteliales de la mucosa del colon. Luego se produce otra mutación que lleva a la aparición de un adenoma, cuyo crecimiento se debe a una tercera mutación. Una última convierte este tumor benigno es un carcinoma o tumor maligno, y todavía puede haber otras mutaciones que determinen la extensión del tumor.
Los científicos creen que toda la acumulación de conocimientos sobre la mecánica celular del cáncer tendrá una repercusión beneficiosa en los tratamientos a través de la detección precoz utilizando diagnósticos biológicos. También se podrá avanzar en la detención del proceso mediante la quimioterapia, ya que se sabe mejor lo que se quiere neutralizar mediante fármacos. Y la tercera gran esperanza es conseguir, como están intentando muchos, investigadores, entre ellos el norteamericano Steven Rosenberg, modificar las células "asesinas" del sistema inmune (los linfocitos T) para que reconozcan las células cancerosas y las ataquen de forma selectiva allí donde se encuentren en el cuerpo.
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