Ambigüedad de Solana sobre el Sáhara para no distanciarse de Marruecos

El ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, hizo ayer complicados equilibrios para mantener la posición tradicional de España sobre del Sáhara sin indisponer a Marruecos, poniendo así de relieve los aprietos por los que pasa la diplomacia española a la hora de definirse sobre el último informe del secretario general de la ONU, Butros Gali, sobre el proceso de paz en la ex colonia.

Gali sometió el 28 de enero al Consejo de Seguridad de la ONU un informe en el que presenta tres opciones para desbloquear el proceso. La primera, respaldada por el Frente Polisario y coincidente con la posición tradicional española, consiste en intensificar el diálogo entre las partes para alcanzar un acuerdo sobre las modalidades de organización del referéndum de autodeterminación, previsto inicialmente para hace 14 meses.La segunda opción de Gali, apoyada en el Consejo de Seguridad por Marruecos y Francia, consiste en celebrar cuanto antes el referéndum modificando substancialmente el censo de votantes. La tercera es el abandono del actual plan de paz para buscar una solución alternativa. Si se ponen en práctica estas dos últimas soluciones, el Polisario amenaza con reanudar la guerra.

Ante la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Solana afirmó ayer que la solución idónea es "mezclar la primera y la segunda opción". La primera sola, recordó, "puede conducir al fracaso" como advierte el propio Gali. "Hay que hacer un mayor esfuerzo de diálogo", como pide el Polisario, "pero hay también que poner una fecha límite para la convocatoria del referéndum" como exige Rabat.

La segunda opción abre también la vía a la reivindicación marroquí de ampliar el censo de 74.000 saharauis, realizado en 1974 por la administración colonial española, en 120.000 personas residentes en el sur de Marruecos, pero que aseguran haber nacido o residido durante largos años en el Sáhara o afirman ser descendientes de saharauis.

Preguntado por los periodistas sobre cuál debía ser el censo de partida para el referéndum, Solana echó balones fuera. El Consejo de Seguridad deberá emitir en los próximos días una resolución sobre el informe Gali, y la diplomacia española intenta conciliar su posición tradicional con los planteamientos de sus dos vecinos, Marruecos y Francia. En nombre del Grupo Popular, Javier Rupérez, pidió a Solana que no descartarse la tercera opción de Gali.

En el capítulo de derechos humanos, Solana señaló que existen en Marruecos 150 presos de conciencia; pero, sobre todo, recalcó que se han registrado "ciertos avances" en los últimos tiempos, como resalta incluso el último informe de Amnistía Internacional.

Solana anunció, por otra parte, que en la segunda quincena de marzo viajará a Washington para entrevistarse, por primera vez, con el nuevo secretario de Estado, Warren Christopher, que en el curso de la primera conversación telefónica que mantuvieron expresó su deseo de mantener con España la colaboración iniciada por la anterior Administración sobre Centroamérica y Cuba.

Iniciativa de la cumbre

El ministro recordó largo y tendido las gestiones efectuadas por su Gobierno con el régimen de Fidel Castro en pro de los derechos humanos. Dio a entender además que en la Cumbre Iberoamericana de Salvador de Bahía en julio "se tomará quizá una iniciativa" para animar a Castro "a que dé un paso adelante de mayor calado" tendente a democratizar la isla.Javier Rupérez, del PP, aprovechó la ocasión para pedir al ministro que, sin llegar a perpetrar "una venganza mezquina", aproveche la presidencia -que ejerce actualmente el Gobierno español- del fondo de la ONU de compensación a los damnificados por la invasión iraquí de Kuwait para presionar al emirato a propósito de las inversiones que efectuó en España Kuwait Investiment Office (KIO). El ministro no recogió la idea.