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La Comisión Europea rechaza el plan español de la siderurgia y exige mayores recortes

Lluís Bassets

La Comisión Europea propuso ayer un recorte en la capacidad de producción de acero bruto de los Doce de 30 millones de toneladas y de 20 en productos laminados (planos y largos), cifras que superan las previsiones de Fernand Braun, un experto comunitario que calculó disminuciones de capacidad de 25,8 milones de toneladas en acero bruto y 17,9 en laminados. En esta línea, el comisario de la Competencia, Karel Van Miert, advirtió que "no es correcta" la proporción entre las ayudas, del Estado y el recorte de producción planteados en la reconversión de la siderurgia española, a lo que el ministro Claudio Aranzadi respondía desde Madrid que cualquier propuesta de la CE debe ser aprobada por el Consejo de Ministros, y no por la Comisión.

El comisario de Industria, Martin Bangemann, coincidió ayer con Karel Van Miert en la gravedad de la situación del sector, pero aseguró que la Comisión no quiere recurrir a la declaración de "estado de crisis manifiesta", que según el Tratado CECA permite establecer cuotas de producción cuando se registra una caída de la demanda.El mismo día en que los comisarios de la Competencia y de Industria presentaban el plan de reconversión de la siderurgia europea, la asociación de los industriales privados españoles, Siderinsa, que aseguran representar el 60% de la siderurgia española, difundía un documento en el que apoya en lo sustancial las posiciones de la Comisión Europea ante el plan de reconversión presentada por la Corporación de la Siderurgia Integral (CSI), que agrupa a Ensidesa y a Altos Hornos de Vizcaya.

La Comisión considera que los recortes de producción que impone la crisis actual resta toda fuerza a los argumentos utilizados hasta ahora por la CSI para defender los 600.000 millones de aportaciones públicas para su reconversión. No habrá, según los comisarios Van Miert y Bangemann, revisión del código de ayudas públicas, y deberán ser los propios industriales del sector quienes resuelvan la crisis por sus propios medios. La CE prestará ayudas sociales y el apoyo político y comercial oportuno, pero no desea regresar a políticas proteccionistas ni contribuir al aumento de los déficit públicos.

Siderinsa apoya también la posición que sostuvo el comisario Leon Brittan mientras estuvo al cargo de la Competencia, contraria a la instalación de una acería compacta de alta tecnología en Sestao. Asegura también Siderinsa que las siderúrgicas públicas están realizando una competencia desleal. Y termina pidiendo a la Comisión que exija a la CSI el cierre de capacidad en aceros largos y no en aceros planos. Su presidente, Javier Penacho, se entrevistará con Van Miert el próximo lunes.

Los comisarios Van Miert y Bangemann dijeron que la salida a la crisis siderúrgica es el recorte de la capacidad de un sector que ha demostrado hallarse ante una crisis de sobreproducción. Sus causas se hallan en la recesión económica y la consiguiente disminución del consumo, la competencia extracomunitaria y el cierre del mercado norteamericano.

La consecuencia ha sido una caída de precios que ha situado a todas las empresas, sin excepción, en números rojos. La Comisión propondrá también la firma de un convenio de buen comportamiento con los productores del centro y el este de Europa, para que no invadan el mercado comunitario con productos a bajo precio.

Estas importaciones representan el 5% del consumo de acero comunitario, pero se considera que han contribuido a un 30% de la caída de los precios. El convenio será revisable en función de la situación del mercado y se extenderá durante tres años. La CE está recibiendo fuertes presiones proteccionistas por parte de empresarios y sindicatos, que desean un código de ayudas más flexible y una política de defensa comercial más agresiva.

El importe de la actual reconversión ha sido evaluado en 3.500 millones de ecus en costes industriales y 2.500 millones en costes sociales. La Comisión, dispone por el momento de 240 millones de ecus para ayudas sociales y sugiere que el Consejo de Ministros proporcione otros tantos. Sus servicios también están estudiando la utilización de fondos estructurales para atender a las necesidades de las regiones que resulten más afectadas por esta crisis.

El ministro español de Industria, Claudio Aranzadi, que se encontraba en el Congreso de los Diputados cuando se produjo el rechazo de la Comisión Europea al plan de la CSI, replicó que todavía la Comisión no ha explicado por qué cree que las ayudas propuestas por el Gobierno son elevadas. Aranzadi añadió que está dispuesto a introducir modificaciones siempre que se sustenten con criterios objetivos, pero no por el hecho de que la Comisión estime que el ratio ayudas/ reducción de capacidad es "alto", informa

El Consejo del día 25

Aranzadi añadió que "no hay aprobada en la CE ninguna nueva reducción de capacidad" y que será el Consejo de Ministros, no la Comisión Europea, quien el próximo día 25 discuta los planes europeos, entre ellos el español. En esa reunión, advirtió el ministro, no se aprobarán las ayudas porque la aprobación debe ir precedida de una acuerdo entre el Gobierno español y la Comisión, "cosa que no existe". "Nosotros", reiteró, ', consideramos que ni por parte de la Comisión ni por parte de otros países miembros se nos ha aportado una argumentación sólida para criticar el plan de la CSI". "Las reducciones de capacidad", precisó, "no las puede aprobar nadie, ya que son iniciativa de las empresas. Lo que aprueba el Consejo de Ministros es la autorización de las ayudas y que éstas sean compatibles con el Tratado CECA".

El plan de la CSI presentado por España establece una reducción en la producción de 900.000 toneladas de acero (pasar de 5,4 a 4,5 millones de toneladas anuales), con una reducción de 9.707 puestos de trabajo, y ayudas por valor de 600.000 millones.

La CSI registró en su primer año de vida unas pérdidas de 100.000 millones de pesetas, según informa Europa Press. Ensidesa acumuló cerca de 68.000 millones, en tanto que las pérdidas de Altos Hornos de Vizcaya ascendieron a 32.000 millones.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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