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El comercio el plátano envenena las relaciones entre la CE y Latinoamerica

Los presidentes de los ocho principales países exportadores de plátanos, todos ellos latinoamericanos, se han dado cita hoy por la noche en Guayaquil (Ecuador) para reiterar su empeño de impulsar ante el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) su cerrada oposición a las restricciones que, según ellos, les impondrá desde julio la Comunidad Europea.En Quito, San José o Tegucigalpa los bananeros se concentran ante las embajadas de los principales países comunitarios y queman a veces sus banderas para protestar por la anunciada armonización de la importación de plátanos por los Doce. Para Ecuador, Costa Rica y Honduras el banano, como llaman a esa fruta en Latinoamérica, es su principal producto de exportación, y para Colombia, Guatemala, Panamá, Nicaragua y El Salvador es también una fuente importante de divisas.

En León o en La Bañeza, a mediados de enero, o en varias localidades vizcaínas díez días después, el Servicio de Vigilancia Aduanera decomisa y destruye toneladas de bananos ecuatorianos o colombianos. Hasta principios de 1996 no se pueden comercializar en España plátanos que no sean canarios, pero la desaparición de controles fronterizos permite introducirlos en camiones procedentes de Alemania u Holanda.

Son las dos vertientes de la guerra del plátano, que de aquí al 1 de julio se agudizará aún más. Ese día entrará en vigor el régimen de importación común para el único producto hortofrutícola que carecía de él, pero a España no se le aplicará hasta que concluya su periodo transitorio.

Defensa de Canarias

Aún así, el Gobierno español ha desempeñado en la CE un papel activo para garantizar a largo plazo la supervivencia de la producción comunitaria de plátanos y, sobre todo, la canaria (400.000 toneladas) en absoluto competitiva con la latinoamericana. El plátano supone para el archipiélago el 50% de su producción agraria, emplea a más de 35.000 trabajadores y proporciona el 35% de la cubierta vegetal de las islas.

Hasta que dentro de más de cuatro meses entre en vigor el régimen común, Alemania, segundo mercado mundial tras EE UU, importa plátanos con arancel cero, y en otros cinco países de la CE (Benelux, Dinamarca e Irlanda) entran con un arancel reducido (20%), mientras que en los restantes miembros el mercado está parcialmente reservado para su escasa producción propia o para las importaciones de sus ex colonias de África, Caribe y Pacífico (ACP). A pesar de estas restricciones, los países bananeros latinoamericanos exportan anualmente a la CE 2,4 millones de toneladas, sobre un total de 3,4 millones.

A partir de julio Latinoamérica podrá colocar dos millones de plátanos con un arancel de 14.000 pesetas por tonelada. Por encima de esa cantidad el arancel aumentará hasta 119.000, restando competitividad al banano de la llamada zona del dólar.

Los ocho productores latinoamericanos temen, en consecuencia, perder cuota de mercado y calculan en cientos de millones de dólares la caída de sus exportaciones y en 175.000 la destrucción de puestos de trabajo. Sus interlocutores comunitarios estiman, en cambio, que el consumo de plátanos en la CE tiene un gran potencial de crecimiento. Como ni la producción comunitaria ni la de los ACP pueden aumentar, todo el incremento, argumentan, podrá ser aprovechado por el plátano dólar.

Además de gestiones con gobernantes europeos, empezando por Felipe González, los ocho presidentes declararon conjuntamente en diciembre su "absoluto rechazo" de la decisión comunitaria, que "viola los principios y objetivos que inspiran las negociaciones" en curso en el GATT. En Guayaquil darán un paso más en esta dirección.

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