Pedro Pérez asegura que la reforma laboral debe hacerse aunque fracase el dialogo social
La radical reforma de las relaciones laborales que anticipó la semana pasada el ministro de Trabajo es "de importancia capital" y debe hacerse aunque fracasen todos los intentos de consenso con las fuerzas sociales, según aseguró ayer en El Escorial el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez. Afirmó que "conviene que esa reforma se lleve a cabo con el máximo consenso posible entre los agentes sociales, las fuerzas políticas y el Gobierno". "Pero si eso no es posible", matizó, "el Gobierno debería plantear la reforma aunque no cuente con el total respaldo de empresarios y sindicatos".
La "urgencia" que Pedro Pérez atribuye a la reforma del mercado laboral coincide con la "prisa" que defendió el ministro de Economía, Carlos Solchaga, el pasado fin de semana. Además, está en las antípodas de las pretensiones de los sindicatos, pues los responsables de las dos centrales mayoritarias rechazaron el martes la idea de "reforma globlal" que pretende el Ejecutivo. Pérez argumentó las prisas "porque es urgente el objetivo de crear empleo". Con todo, negó que esta urgencia implique necesariamente concluir la reforma antes de las elecciones.El secretario de Estado de Economía realizó estas declaraciones tras un coloquio sobre España en la unión europea, organizado por Euroforum. en El Escorial, en el que los empresarios participantes le recriminaron que el Gobierno "se escude en el rechazo sindical para retrasar la necesaria flexibilización del mercado laboral".
Uno de los más beligerantes en esta defensa fue Joaquín Moya, presidente de IBM España, quien aseguró que "se está creando una dualidad entre los trabajadores con empleos estables y los más jóvenes que tienen muchas más dificultades para acceder al mercado de trabajo y que, cuando lo logran, es con menos protección social". La crítica que en esta materia expuso el consejero delegado de Cortefiel, Gonzalo Hinojosa, fue también muy radical cuando afirmó que "se está realizando la explotación de unos trabajadores por otros", pues "el absentismo entre el personal fijo es del 14% mientras el temporal sólo puede permitirse un 2%".
Agotar el diálogo
En el turno de réplica, Pedro Pérez reiteró de forma insistente que "el Gobierno quiere agotar las vías de diálogo" porque eso garantizaría un "nuevo marco estable". Posteriormente, y a preguntas de los periodistas, matizó su convicción de que la reforma debe plantearse en cualquier caso, aunque se agoten en el fracaso los intentos de diálogo.Con todo, el responsable de Economía expresó su confianza en que "el debate interno dentro de los sindicatos permita retomar en los próximos meses el diálogo y la negociación sobre una reforma que es necesaria para crear empleo".
Los empresarios que ayer participaron en el coloquio de El Escorial criticaron duramente la política económica del Gobierno en materia industrial. El presidente de Campofrío, Pedro Ballvé, afirmó que "no es posible un país próspero sin un aparato productivo propio y sano", y se quejó de que los empresarios españoles "se hayan visto abocados" a vender sus empresas.
El responsable de Economía replicó con bastante dureza a esta crítica, que suscribieron algunos empresarios más. A juicio de Pérez, las condiciones que el Estado ofrece a todas las empresas son idénticas sean éstas españolas o extranjeras, por lo que la venta de empresas españolas es una muestra de que "hoy todavía falta capacidad gerencial entre los empresarios españoles".
Los empresarios respondieron con dos argumentos a esta crítica de Pérez. Los tipos de interés en España son y han sido más altos, con lo que "el coste de los recursos propios era aquí mayor", comentó el presidente de Uralita y ex ministro de Economía, Juan Antonio García Díez. Y muchos empresarios extranjeros no han comprado para mantener la empresa sino para especular, se quejó Joaquín Moya, de IBM.
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