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Los palestinos deportados rechazan el arreglo propuesto por Israel

Los 396 palestinos deportados por Israel al sur de Líbano han calificado de inaceptable la oferta lanzada el lunes por el primer ministro israelí, Isaac Rabin, de readmitir a un centenar de ellos y reducir a un año, en vez de a 24 meses, la duración del exilio. El Gobierno de Rabin -apoyado por EE UU y criticado por la opinión pública israelí, que habla de "capitulación"- afirma que no hará más concesiones.

Las consultas entre Washington y Jerusalén habían durado varios días. El pasado domingo, William Harrop, embajador estadounidense en Tel-Aviv, llegó a Jerusalén en plena reunión del Gobierno israelí y pidió ver a Rabin con carácter de urgencia. En un hecho sin precedentes, la sesión del Ejecutivo fue interrumpida para permitir la entrevista. El embajador instó a Rabin a escoger entre un abanico de posibles soluciones de compromiso antes de la reunión, del secretario de Estado, Warren Christopher, con el secretario general de la ONU, Butros Gali, al día siguiente. A cambio, EE UU se comprometía a intentar suspender la reunión del Consejo de Seguridad que discutiría la aplicación de sanciones contra Israel.La oposición nacionalista y religiosa de derechas ha condenado la propuesta de Rabin. "Rabin ha capitulado ante Estados Unidos al primer disparo", afirmó ayer el diputado del Likud Isaac Shamir. "El Gobierno de Israel ha izado la bandera blanca ante el terrorismo", aseguraba el Partido Nacional Religioso (Mafidal). Entre los palestinos de CisJordania y Gaza hay una mezcla de satisfacción y decepción. "Esperamos que el Consejo de Seguridad no frene su presión sobre Israel", dicen.

Tras el rechazo de los palestinos deportados de la oferta israelí, el Gobierno de Rabin está tan enredado o más que al comienzo del conflicto hace seis semanas, solo que esta vez sin el temor a las sanciones internacionales.

Idea sin futuro

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Abdel Aziz Al-Rantisi, el médico de Gaza que actúa como líder y portavoz de los desterrados, declaró en el Campo del Retorno cerca de la aldea libanesa de Marj Az Zohur, que la idea no tiene futuro alguno. Rantisi dijo que la cuestión había sido sometida a votación. "El resultado fu un no unánime", declaró. "Ninguno de nosotros quiere una solución parcial. 0 regresamos todos, de acuerdo a la resolución 799 del Consejo de Seguridad de la ONU, o nos quedamos donde estamos. No habrá ninguna solución mientras aquí haya una sola tienda de campaña", agregó.

A pesar de las enormes diferencias ideológicas entre el movimiento islámico Hamás y la Organización para la Liberación Palestina (OLP) de Yasir Arafat, ambos grupos están firmemente decididos a no ceder un milímetro. La fórmula de "o todos o ninguno" parece haber galvanizado, al menos de momento, a las dos grandes fuerzas rivales de la rebelión palestina.

Hanán Ashraui, la portavoz de la delegación palestina en las negociaciones de paz, afirmó que la propuesta de Rabin "no tiene en cuenta el carácter ilegal de las expulsiones" y coincidió con los deportados cuando comentó que aceptar la oferta israelí equivaldría a admitir y aceptar un recurso fuera de la ley.

[El director de la Oficina de Información Diplomática, Juan Leña, declaró ayer que la propuesta de Rabin era "el inicio de un proceso que debe conducir a la solución del problema de los deportados y por tanto a la plena aplicación de la resolución 799 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas"].

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