Delincuente, héroe de guerra y criminal
El Ejército bosnio acaba con la popularidad de Yuca, a quien nunca pudo controlar
Frente al edificio de la Presidencia de Bosnia-Herzegovina en Sarajevo, unas 50 personas, mujeres en su mayoría, cortan el tráfico de la calzada y profieren gritos contra el Gobierno de Alia Izetbegovic. Sus hijos o hermanos están encarcelados en unos antiguos silos de Tarcin, a 50 kilómetros de Sarajevo. Combatían a las órdenes de Yusuf Prazina, Yuca, antiguo jefe de una banda de delincuentes de la capital bosnia que se unió a las fuerzas musulmanas cuando estalló la guerra. De ser considerado como una especie de Robin Hood en los primeros meses del conflicto, Yuca es tratado hoy como un criminal y se halla en paradero desconocido.Yuca formó una unidad especial con hombres procedentes de los bajos fondos de Sarajevo, que intervino en primera línea en los combates por la defensa de: la ciudad asediada. Él y sus hombres, de uniforme negro, solían circular en actitud desafiante. La guerra siguió su curso endemoniado y Yuca perdió la estela, de héroe popular que el Gobierno y el periódico Oslobodjenje ayudaron a fabricar. Se había convertido en un combatiente incómodo para los mandos del Ejército bosnio. Yuca poco entendía de disciplina y de unificación del mando; pretendía actuar por, su cuenta.
En septiembre viajó a Alemania con su mujer, quien debía recibir tratamiento médico. Desapareció, pero poco después reapareció de nuevo al frente de sus seguidores en las montañas Igman, al suroeste de Sarajevo, y encabezó diversas escaramuzas contra las fuerzas bosnias. El propio presidente Izetbegovic intentó persuadirle para que no actuara por libre. El alto mando del Ejército bosnio ordenó su detención. La captura duró poco, porque Yuca demostró su habilidad y escapó.
Se sospecha que ha conseguido reagrupar a unos cuantos de sus más fieles. Otros están presos en unos silos de Tarcin, habilitados como centro de detención.
"Se fueron a Igman siguiendo órdenes de Yuca y ahora han sido detenidos. Queremos saber qué ha ocurrido con nuestros hijos", clama una de las madres que se manifiesta ante la Presidencia bosnia.
"Son soldados del Ejército de Bosnia-Herzegovina. Han estado en primera línea y ahora dicen que son chetniks, que siguen a un bandido", clama otra que exhibe la foto de su hijo.
"Han dejado que se autodestruya", dice una fuente próxima a la Presidencia. "Se fabricó un héroe porque la ciudad necesitaba héroes, y Yuca estaba allí". Ahora, la popularidad de este hombre incontrolado ha desaparecido, aseguran sus enemigos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.