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Quince 'okupas' de Móstoles se alzan contra los subasteros profesionales

Francisco Peregil

Tenían buenas piernas y no se lo pensaron. Una noche de 1986, los okupas de Veracruz, 44, en Móstoles, golpearon la puerta de! tinas casas abandonadas. Seis años después, el sueño acaba: el 24 de febrero, 15 pisos se subastarán por 3.280.000 pesetas de partida. Quieren pujar, pero son conscientes de que en los juzgados deberán competir contra subasteros que pueden confabularse y dejar los pisos fuera de su alcance.

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La desunión hace la fuerza

En 1984, la constructora Embajador Bis había concluido los 32 pisos de Veracruz, 44. La mayoría permaneció vacía hasta que dos años después llegaron los okupas. Algunos se en contraron los pisos en perfectas condiciones; otros, como el ingeniero técnico de minas Victoriano Ulloa, tuvieron que comprar una puerta, sanitarios, colocar el parqué, pintarlos de arriba abajo y colocar interruptores para la luz. A los pocos días de instalarse apareció el constructor José Luis Rivera diciendo que esos pisos eran de su propiedad, porque la constructora Embajador se los ha bía cedido. Ellos le respondieron que ya estaba bien de "tan to especulador" y que no se iban a ir mientras no les echaran.La agencia Multipiso, que actúa en representación del propietario de las viviendas, el constructor José Luis Rivera, les hizo una oferta hace dos me ses: si le pagaban ocho millones y medio en un solo plazo se quedaban en las casas. Y si no disponían de ese dinero les ofrecían un crédito del 12,5%. No aceptaron. Algunos de ellos no disponían ni de 200.000 pe setas para pagar las escrituras.

El propietario de los pisos no ha iniciado ningún proceso judicial contra ellos. Simplemente se limitó a dejar que vencíese la hipoteca que tenía contraída con Cajamadrid. Así que es la entidad bancaria la que saca, los pisos a subasta y serán las agencias de subasteros las que se apropien de ellos si los okupas no disponen de dinero suficiente.

Algunos jueces (véase EL PAÍS del 1 de noviembre) aseguran que los subasteros profesionales suelen confabularse entre ellos cuando ven que alguna persona ajena a su círculo profesional puja por una vivienda. En esos casos, indican los jueces, ellos elevan artificialmente el precio del piso.

De momento, los inquilinos ya han recibido anónimos y ofertas por parte de estas agencias. Una de ellas, López Pimentel Asociados, les envió una carta en la que decía que podían evitar la subasta "recibiendo la cantidad que acordemos al contado". Además les incitaba a actuar con rapidez: "En el caso de ser de su interés mi oferta, le ruego que no se demore, los intereses que conllevan los procesos judiciales le están afectando negativamente". La agencia había tomado sus datos del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid y pretendía sacar una tajada con la oferta de algún crédito.

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"La mafia no existe"

Ángeles Tonda, empleada de López Pimentel Asociados, cree que su agencia no se presentará a la subasta "por problemas personales que han surgido recientemente en la compañía". Ella opina: "La mafia de los subasteros, por lo que yo he tocado el tema, no existe".Los pisos de Veracruz, 44, vienen con bichos (ocupantes, en la jerga de las subastas). Eso elevaría el precio de esta vivienda, porque echarlos supone una media de ocho meses aproximadamente, y a veces hasta dos y tres años. Depende de la rapidez con que actúe el juzgado que tramite el caso.

La agencia Multipiso, para ahorrarse todas esas molestias, les ofreció dinero a cambio de que se fueran. Hace dos años, seis okupas de ese mismo bloque se marcharon por medio millón. Pero los de ahora no quieren ese dinero. Prefieren la casa.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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